La imagen del presidente francés, Nicolas Sarkozy, cae todavía más en los sondeos de opinión, mientras que sus colaboradores optan por hacer hincapié en que Sarkozy prefiere proseguir su política de reformas antes que buscar la popularidad.

La prensa francesa adelantó ayer dos sondeos que aparecerán en el suplemento del fin de semana de «Le Figaro» y en la revista «Valeurs actuelles» y que recogen el descenso en la buena percepción del jefe de Estado.

En el primero, elaborado con mil encuestados por TNS-Sofres, un 55% no le da confianza a Sarkozy, frente a un 41% que sí lo hace. Asimismo, un 68% cree que la situación general «tiene tendencia a ir a peor», el 66% prevé más conflictos sociales y el 87% considera que la actuación del Gobierno en materia de poder adquisitivo «no es eficaz». En la encuesta de CSA para «Valeurs actuelles», con 960 interrogados, el 52% cree que la acción del presidente «va en la mala línea» y un 48% dice que «encarna bien la función presidencial», once puntos menos que el mes precedente.

El entorno de Sarkozy intentó restar importancia a estos resultados. Así, el portavoz del Elíseo, David Martinon, declaró que «el presidente es un hombre que conoce la política. Él está para hacer reformas y no para ser popular». Reconoció que el Elíseo tiene un presupuesto para encuestas y que las encarga de manera periódica y en ocasiones puntuales sobre temas concretos, pero eludió comentar si las suyas también indican una caída de imagen.

Lo que vienen a confirmar estos resultados son los sondeos realizados en las últimas semanas y, según los cuales, «desde mediados de enero, los descontentos con Sarkozy se han convertido en mayoría». «Se ha pasado de un estado de gracia a un estado de alerta (...) El tiempo de los descontentos con el sarkozysmo ha comenzado», escribió el periódico «Le Parisien».

La principal causa de este desamor es la decepción de los franceses con el poder adquisitivo. Sarkozy había hecho de esta cuestión el tema central de su campaña electoral. La inquietud ciudadana ante la subida de los alquileres, el precio de la gasolina y de los alimentos ha aumentado considerablemente. El propio Sarkozy reconoció el pasado 8 de enero su incapacidad para mejorar el poder adquisitivo porque «las arcas están vacías».

«Quería ser el presidente del poder adquisitivo. Pero, salvo el suyo -en alusión al incremento del 170% de su sueldo-, el de los franceses no ha subido en proporción a las rentas», destacó el líder del PS, François Hollande.