Miles de fieles, numerosos políticos y representantes de diversas confesiones asistieron ayer al entierro en Atenas del líder espiritual de la Iglesia ortodoxa griega, el arzobispo de Atenas Christódulos, fallecido el lunes.

El patriarca ecuménico ortodoxo de Estambul Bartolomeo celebró la misa en la catedral ortodoxa, repleta de representantes gubernamentales, entre ellos, el jefe de Estado, Carolos Papulias, y de Gobierno, Costas Caramanlis.

El arzobispo fue enterrado en el primer cementerio de la capital helena con honores de Estado, con el disparo de 21 cañonazos. La bandera nacional ondeaba a media asta en los edificios públicos y en señal de duelo permanecieron cerrados los servicios públicos, los colegios, universidades y los lugares arqueológicos.

Christódulos fue el arzobispo más joven de la historia de la Iglesia ortodoxa griega. Se caracterizó por sus pasos de acercamiento a la Iglesia católica, materializados con la visita de Juan Pablo II a Grecia en 2001, y de Christódulos a Roma, en 2006, al papa Benedicto XVI.

Su sucesor será elegido en votación el próximo día 7.