Raimundo Fitero
Completo descontrol
No sé si es más mareante el asunto de los obispos, el de los políticos de pitiminí o el del fútbol televisado. Si vas de noticiario en noticiario, la vida es una alfombra mágica que pasa sobre los países más remotos mirando desde el cielo algunos pequeños problemas que, por mala suerte, provocan unas docenas de muertos diarios, pero que nunca desciende. Igual que por los asuntos más candentes de la auténtica mentira de la realidad política: es posible que un partido fundado en el primer tercio del siglo XX sea suspendido por decisión política predemocrática, mientras ETA es la estrella de la precampaña. Los obispos siguen llevando bajo palio a todos los autoritarismos. Es su estilo, y lo más ridículo es que un gobierno que se supone salido de las urnas vaya a protestar al Papa, que llega a ese lugar de poder en el proceso menos democrático de los últimos veinte siglos. Eso es una ridiculez supina. Quítenles las subvenciones, aplíquenles las leyes y después hablamos.
Pero lo de los partidos de fútbol televisados en abierto es un torbellino que depara semana a semana sobresaltos. La pinza entre los polanquistas del ala más falangista y economicista junto a los italianos berlusconianos y Vocento están intentando ahogar a La Sexta. Ésta, por su parte, y con un grupo mediático por detrás que parece tener un fondo económico sin fin, resiste, contraataca, y se mantiene en la batalla. No es necesario ser muy agudo en el análisis para entender que están jugando con los huevos de oro de la gallina, y posiblemente hasta con la misma gallina.
Lo de Tele 5 emitiendo partidos en abierto los sábados es por su obsesión de mantener el liderazgo de audiencias que encabeza desde hace muchos meses, varios años, y que en la última medición lo logró con un mínimo histórico, un diecinueve por ciento pelado. Las peleas estadísticas de las audiencias se ganan incentivando la programación propia y desactivando la de los competidores. Un descontrol. Deberían aprender de ETB. A todas las horas, todos los días, pelota. Así no se despista nadie. Y si se van quedando pocos, mejor. Mientras le guste a los que mandan, ya vale.