Después de que John Edwards y Rudy Giuliani abandonaran la pasada semana la carrera, y ante los rumores de la previsible eliminación de Mike Huckabee en algún momento de esta semana, los demócratas Hillary Clinton y Barack Obama y los republicanos John McCain y Mitt Romney se preparan para mañana, jornada en el resultarán elegidos el 41% de los delegados republicanos y el 52% de los demócratas.

Para hacerse una idea de la importancia del «Super Martes», se puede decir que sumando las conocidas primarias de Iowa, New Hampshire o Nevada, no se ha elegido ni el 1% de los representantes, si bien han servido para cribar los candidatos y medir el pulso de los respectivos partidos y de la opinión pública.

Por parte demócrata, la ex primera dama y el joven senador de Illinois están al codo a codo, según un sondeo de ``Washington Post'' y ABC News publicado ayer. Clinton obtiene un 47% de las intenciones de voto contra un 43% para Obama, pero el sondeo, realizado del 30 de enero al 1 de febrero entre 1.249 personas, tiene un margen de error de más menos 4 puntos.

En el lado republicano se enfrentan cuatro candidatos, pero el senador de Arizona John McCain se perfila como el gran favorito y obtiene el 48% de la intención de voto, según el mismo sondeo frente al 24% que lograría el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney.

El próximo presidente de los Estados Unidos debería ser uno de estos cuatro candidatos. Hillary Clinton podría convertirse en la primera mujer elegida presidenta de EEUU; Barack Obama, en el primer negro; John McCain, a los 72 años, en el más viejo y Mitt Romney, el primer mormón.

Convenciones en verano

Mañana, casi dos docenas de estados eligen a los delegados a través de dos sistemas, bien a través de elecciones primarias o bien mediante caucus. En unas y en otras, el resultado es el mismo: un número determinado de delegados resulta elegido por cada estado para las convenciones finales de cada partido -la demócrata se inicia el 4 de agosto en Denver, mientras que los republicanos se reúnen desde el 1 de setiembre en Minneapolis-, donde los representantes terminarán eligiendo al candidato presidencial.

A pesar de que el «Super Martes» terminará decidiendo de una vez por todas qué candidatos logran aguantar el tirón de cara a las nominaciones finales, muchos analistas coinciden en que la votación no terminará otorgando la victoria definitiva a ningún contendiente demócrata, en contra de lo que aventuró la senadora Clinton a principios de enero al afirmar que «la nominación demócrata estará cerrada para la medianoche del 5, hora del oeste».

«El `Super Martes' es más como el peor momento de una maratón. Sirve para saber quién va por delante a mitad de camino», afirmó a la cadena NBC el analista político Stu Rothenberg. Las propias reglas electorales demócratas, recordó el analista, permiten que Obama y Clinton puedan seguir teniendo su oportunidad después del día 5, siempre que ganen los delegados suficientes.

Todo para el ganador

En el caso de los republicanos, sí que puede ser definitivo para John McCain. Según apuntan los analistas Robert Novak y Timothy P. Carney, las victorias consecutivas del senador por Arizona en Carolina del Sur y Florida le han llevado a convertirse en el principal candidato republicano a la Presidencia, por delante de Mitt Romney.

McCain «lo tiene todo a su favor», apuntaron los expertos, sobre todo en los estados más poblados. Además, no habrá medallas para el segundo clasificado: siguiendo las reglas del Partido Republicano, «el ganador se lo lleva todo», según los analistas, el triunfador se lleva todos los delegados del distrito en el que gane, dejando a su rival con la mínima representación posible.