La alfombra era verde, para diferenciarse, para parecer que son otra cosa, pero de nuevo la gala de los Goya nos coloca ante una realidad incuestionable: la importancia de un negocio que no es rentable. José Corbacho repite presentación, y es uno tipo que funciona, tiene soltura, domina el escenario, tiene la suficiente parte de irreverencia como para no darle demasiada pomposidad a una ceremonia que está formalmente muy decantada. Pero algunos gags son demasiado baratos. Monta una protesta para equipararse a otros presentadores. El eslogan es bueno: «No al Euribor», pero la realización muy pobre. Rechina un poco. Mejor la petición del galardonado Alberto San Juan: disolución de la Conferencia Episcopal. Me apunto.

Se van sucediendo los premios, la retransmisión se hace con ese retardo profiláctico que se impone desde los puestos directivos y que se puede entender como una censura ya que esos minutos sirven para cortar aquello que pueda molestar. Pero se produce una paradoja, si estás viendo en el falso directo de TVE la gala, y a la vez estás consultando la otra pantalla esencial, la del ordenador, se van sabiendo con anticipación los resultados, lo que hace todavía menos atractiva la retransmisión. Los resultados parecen más que previsibles, hasta que salta la gran sorpresa, «La soledad» se hace con los premios mayores. Es el efecto Goncourt, que asegura que cuando hay dos favoritas muy polarizadas suele ganar la tercera en discordia

El premio de honor es para Alfredo Landa, un tipo especial que asegura que se retira. Creador de un género, que da las gracias arropado por su familia. De entre todos, un premio parece importante: el de «Invisibles», un documental que nos trae noticias del sufrimiento humano y que recoge una mujer que habla en nombre de Médicos Sin Fronteras para que la gala alcance unas cuotas de compromiso que no parece corresponderse con el grueso de la producción cinematográfica. Pero hay preguntas obligadas: ¿Por qué van todas las actrices con vestidos largos? ¿Por qué van todos lo caballeros de medio luto, o de sport? ¿Quién recomienda ese tipo de vestuario? Parece el síntoma de un complejo.