EDF y ACS pretenden trocear a la eléctrica de origen vasco
Iberdrola se enfrenta al tercer asalto en siete años
Iberdrola se enfrenta al tercer intento serio de compra en siete años. Esta vez es a través de la eléctrica estatal francesa EDF, apoyada por ACS. Antes fueron Endesa y Gas Natural quienes intentaron trocear a la eléctrica vasca, sin éxito. ¿A la tercera será la vencida?
Juanjo BASTERRA
Los riesgos de compra y venta en el sector energético se encuentran por todos los lados. José Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola desde mediados del año 2006, es conocedor de esta circunstancia y en repetidas ocasiones ha anunciado diferentes estrategias para conseguir hacer de la multinacional de origen vasco «una compañía fuerte y de difícil acceso a los nuevos compradores». La capitalización bursátil de la compañía, sobre todo, tras la compra de la escocesa Scottish Power, no ha alejado las miradas que algunos han depositado en Iberdrola, que cuenta con una presencia en treinta países y 27 millones de usuarios. Tiene una capacidad instalada de 42.000 megavatios y su plantilla ronda los 30.000 empleados. ACS entró en el accionariado de Iberdrola en 2006 y, desde entonces, su presidente, Florentino Pérez, ha pergeñado diferentes estrategias para conseguir una parte importante de Iberdrola en una hipoté- tica fusión o reparto de mercado con Unión Fenosa, de la que controla el 45%.
Hasta la fecha, el que fuera presidente del Real Madrid de fútbol ha fracasado, pero esta vez la operación va en serio porque se ha aliado con la eléctrica francesa EDF, que cuenta con un 80% de capital público. Cuando la operación se conoció, ni EDF ni ACS admitieron ni contactos ni nada para llevar adelante el asalto a Iberdrola; sin embargo poco a poco ambos protagonistas están descubriendo ese plan. Sería el tercer intento por el control de esta empresa.
El primero se fraguó entre el anterior presidente Iñigo Oriol y el de Endesa, Rodolfo Martín Villa. En octubre de 2001, ambos firmaron el acuerdo de fusión que, entre otras cuestiones, situaba la sede del nuevo grupo en Madrid. Sin embargo, la reacción de los accionistas minoritarios, sobre todo de BBK y BBVA -que vendió su participación en 2006-, frenó la operación. Después, en 2003 fue Gas Natural, con Antoni Brufau al frente de la presidencia, quien trató de controlar Iberdrola mediante una fusión. La Comisión de la Energía (CNE) rechazó la operación, en la que el Gobierno de Lakua se situó de forma favorable a la misma.
Hace seis meses
Llega el tercer asalto, aunque también hay que decir que Iberdrola apostó por Gas Natural en su intento de compra de Endesa, pero después fue desbaratada por E.On, para finalmente ser comprada por Enel y Acciona en un largo proceso que ha durado más de dos años. Los encuentros entre altos directivos de ACS y EDF no han sido ni anecdóticos, como se quiso hacer creer en un comienzo, ni se han producido en el último mes, sino que el plan para trocear el negocio de Iberdrola está hablado desde «hace seis meses». El coste de la operación, en este momento, ronda los 75.000 millones, ya que la capitalización de Iberdrola se encuentra en torno a los 52.000 millones y habría que sumarle el coste de Iberdrola Renovables. Su salida a Bolsa está dentro, precisamente, de esa política diversificadora que se trazó para evitar posibles intervenciones del exterior.
El presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, conocía los contactos entre ACS y EDF en esa operación, que tendrá un plazo mínimo de dieciocho meses una vez que se ponga en marcha, por lo que optó a finales de este mes por saltar a la arena mediática para frenarla.
La operación cuenta con el visto bueno del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el conocimiento directo del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que acepta esa situación a cambio de otro tipo de colaboraciones desde el Estado francés, entre las que se encuentra posibilitar que las fronteras eléctricas francesas se abran para propiciar un mercado único de la electricidad. De hecho, el PSOE habla ya de que se tendría que producir una «reprocidad» en estas actuaciones, lo mismo que dijo en su día Rodrigo Rato, ex ministro español de Economía, cuando la portuguesa EDP tomó el timón de HidroCantábrico. No hace mucho, José Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, reclamó algo de eso y culpó a las grandes eléctricas europeas E.On, EDF y RWE de paralizar ese proceso de apertura.
Campaña a favor
Una vez que Iberdrola ha reconocido de forma explícita esos planes, algunos representantes más próximos al presidente de la compañía, como BBK y otras, como Bancaja, han dado su apoyo a Sánchez Galán. Confebask, Cebek, Cámara de Comercio y Gobierno de Lakua han alertado de que si se llevan a buen término los planes de EDF y ACS, el centro de decisión podría alejarse de Bilbo, aunque más bien lo que quieren decir es que un cambio en el domicilio fiscal reduciría los ingresos por impuestos de la Hacienda vizcaina y, por otro lado, pondría en peligro la subcontratación de servicios que realiza la eléctrica vasca en este entorno, con 1.100 empresas. Según algunas cifras que se han ofrecido, en los últimos años se habría llegado a los 1.600 millones de contratación en este caso y a los 1.500 millones de ingresos fiscales por los resultados positivos de la compañía. Aunque en este momento, el Gobierno de Lakua se ha mostrado a favor de la estrategia actual del presidente de Iberdrola, con la entrada de ACS en el capital social, la consejera de Industria, Ana Aguirre, señaló que se daba un paso hacia la fusión con Unión Fenosa, es decir, que se puso del lado de la estrategia de Florentino Pérez, el mismo que ha ideado el nuevo plan para controlar a Iberdrola y que, si sale adelante, descompondrá lo que es Iberdrola en la actualidad, porque la parte de energía renovable pasará a manos de Unión Fenosa y la parte internacionalizada a EDF. La francesa, a través de su presidente Pierre Gadonneix, quiere una parte del control del mercado eléctrico español. Según los datos que se barajan, Gadonneix reclama entre un 15% y un 20% de los activos españoles de la fusionada, mientras que el presidente de ACS reduce a la mitad esa pretensión.
Todas las espadas están en alto y quienes están más cerca reconocen que este tercer intento por controlar Iberdrola puede salir adelante. Se recuerda la primera operación entre Oriol y Martín Villa en octubre de 2001, a la que se reaccionó «con seguridad y fuerza», pero en la actual situación «las cosas están cambiando y se ve que hay necesidad de concentración de empresas a nivel global». Tras el fracaso de ese primer intento de fusión entre Endesa e Iberdrola, la primera sobre la segunda eléctrica del Estado español, Iñigo Oriol nombró consejero delegado y vicepresidente a José Ignacio Sánchez Galán, que supo controlar la segunda intentona de Gas Natural. La duda se encuentra en saber si será capaz de frenar esta tercera.
El sector energético, sin embargo, es muy cambiante, porque se espera que sea el que más crecerá en negocio. De ahí las fuertes disputas que se están produciendo para el control de las grandes corporaciones. Un informe de PriceWaterhouse Coopers desvela que las fusiones y adquisiciones en el mercado global de electricidad y gas crecieron un 25% en 2007, «a pesar de la crisis crediticia». Se movieron 258.000 millones de euros en 768 operaciones. La más importante fue la compra de Endesa por parte de Enel, que cuenta con un 30% de capital estatal italiano, y Acciona. En séptima posición se encuentra la compra de Energy East Corp por parte de Iberdrola por algo más de 5.400 millones, operación que está en duda ahora.
El vicepresidente de Iberdrola y principal accionista individual, Juan Luis Arregui, vendió 14 millones de acciones de Iberdrola, un 0,28% del capital, por 139,3 millones y reduce su participación en la eléctrica al 1,8%. Lo curioso de la operación es que se produjo entre el 30 de enero y el 1 de febrero, justo cuando se conoció el interés de EDF por la eléctrica vasca.
Con razón fuentes cercanas al presidente de Iberdrola indicaron a GARA que «el horno no está para bollos». Sánchez Galán en vista de esta situación se ha lanzado a recoger apoyos que permitan parar la operación en el consejo y en la junta. Cuenta con el apoyo de BBK (7,2%), Bancaja (6%), Omega Capital (2,5%), Juan Luis Arregui (1,8%), Santander (3,3%), cajas de Castilla y León (4,7%). También el apoyo de otros como Unicaja (1,8%) y el empresario Nicolás Osuna (1,25) Por el otro lado, Florentino Pérez dispone de un 7,2%, un 3,8% de la financiera Natixis, uno de los accionistas principales de Suez, Albert Frère (2,8%).