La comunicación de la Fiscalía de Menores al Departamento vizcaino de Acción Social se produjo ayer después de que horas antes, sobre las 21.50 del domingo, un vigilante detectase un incendio en una de las dos habitaciones habilitadas en un edificio anexo, donde se guardaban aperos cuando el inmueble estaba destinado por la Diputación a tareas forestales. En el escrito, según desveló el diputado foral Juan María Aburto, se les insta al traslado urgente de los 22 jóvenes que habitan en el centro de acogida de Artzentales, al haber comprobado que su situación «es inadecuada».

Los responsables forales trabajaron durante toda la jornada para conseguir una nueva residencia provisional para los adolescentes. Su previsión es que las obras, en las que se acabará de acometer la reforma de baños y duchas, así como las derivadas de la reparación de los daños ocasionados la noche del domingo en dos habitaciones, concluyan en menos de un mes. Aburto calificó la situación «de emergencia».

El incendio es, según Acción Social, el primer incidente de gravedad que se produce en El Garmo desde que se abrió en abril de 2006, «salvo algún hurto o la detención de tres menores en Bilbao» cuando el pasado miércoles sustrajeron un bolso a una señora por el procedimiento del «tirón». Los adolescentes de 15, 16 y 17 años habían abandonado el centro y existía una denuncia por desaparición.

El siniestro del domingo obligó al traslado en ambulancia al centro de salud de Zalla de dos menores y un vigilante afectados por inhalar humo, aunque su estado no revistió gravedad. La Diputación vizcaina «tiene sospechas» de que fue provocado por «muy pocos residentes».

Antes de que se detectase el incidente, según fuentes forales consultadas por este diario, una patrulla de la Ertzaintza tuvo que desplazarse hasta el equipamiento después de ser requerida su presencia por los vigilantes tras un pequeño conato de altercado con el personal. Poco después fue cuando se originó el fuego, que obligó al desalojo de los 22 internos y a la movilización de cuatro patrullas policiales, tres camiones de bomberos y dos ambulancias.

En un primer momento, trabajadores del Garmo, con dos menores, trataron de sofocar el incendio con extintores y una manguera sin éxito. A las 22.23, los bomberos lograron extinguirlo, aunque debieron ventilar las estancias para bajar su temperatura, y procedieron a revisar la estructura por si estuviese afectada. No fue así.

Las llamas destrozaron una de las habitaciones del edificio anexo y la otra se vio afectada por el humo y el calor. Después de evaluar la situación, los responsables forales que se desplazaron hasta Artzentzales decidieron a medianoche reubicar a los jóvenes en las dependencias a salvo del fuego. A las 2 de la madrugada, según Aburto, los sospechosos de provocar el incendio se acostaron tras charlar con los educadores.

Acción Social remitirá un expediente a la Fiscalía de Menores para que decida las medidas que considere pertinentes contra los implicados y su traslado a los jueces competentes. Además, Juan María Aburto aprovechó la ocasión para cargar una vez más contra la denuncia previa del comité de trabajadores de la Diputación, que dio a conocer a la opinión pública la situación de «hacinamiento» que viven los menores extranjeros internados en los centros forales del Vivero, en Artxanda, y el Garmo, gestionados por la iniciativa privada.

Desde la institución foral se achaca el incidente a la repercusión mediática de la denuncia sindical, así como a otro suceso similar, el que tuvo lugar el pasado jueves en el albergue de Segura, donde la Diputación guipuzcoana acogía provisionalmente a una treintena de menores inmigrantes. «No es casualidad», subrayaron fuentes de Acción Social.

La representación de los trabajadores achaca el episodio a las «situaciones límite» que se viven en los centros de acogida.