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La Coordinadora Anti-Coke denuncia «el caciquismo» de Petronor en Muskiz

En opinión de la Coordinadora Anti-Coke, los muskiztarras rechazan la planta y la empresa aprieta a sus asalariados para que intenten vender «un proyecto nefasto en todos los sentidos menos el económico».

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La Coordinadora Anti-Coke ha informado de que el 19 de enero, el día en que el Ayuntamiento de Muskiz aprobó su moción contraria a la construcción de la planta, el PSE anunció que iba a organizar una charla informativa. En esa conferencia, los representantes de todas las partes implicadas tendrían oportunidad de exponer a la ciudadanía las consecuencias de la instalación de dicha fabrica en igualdad de condiciones.

Sin embargo, esta organización popular considera que la charla informativa a realizar el viernes «se ha convertido en un monólogo infundado donde Petronor va a tener todas las ventajas para hacer propaganda de su nuevo proyecto».

De hecho, la coordinadora no ha sido invitada «en igualdad de condiciones» -pese a estar avalada por 2.800 firmas- y Petronor «presiona a Fernando Martín -jubilado de la empresa, con familia directa trabajando en la misma, presidente de la comisión de Urbanismo por el PSE y promotor del coloquio- para conseguir el propósito de instalar una planta de coke altamente contaminante y degradante del medioambiente».

El proceder histórico que ha tenido esta empresa a la hora de «acallar al pueblo» siempre ha sido el mismo, al modo de ver de la Coordinadora Anti-Coke. «Es decir, siempre ha dado una imagen de ángel de la guarda, cuando únicamente cumple con su obligación de pagar los impuestos que le corresponden en función de los altísimos beneficios que obtiene a costa de nuestra salud y de degradar nuestro entorno».

Para corroborar esta afirmación, han puesto encima de la mesa el siguiente dato: «Los beneficios netos que Petronor obtuvo con instalaciones obsoletas, muy contaminantes y altamente peligrosas en el año 2006 fueron de 250,8 millones de euros».

El empleo directo sería mínimo

El movimiento opositor a la planta ha indicado que estas instalaciones están prohibidas en numerosos países europeos por su alto poder contaminante. Además, calcula que el empleo directo que generaría sería mínimo. «Tan sólo se conseguirían aproximadamente 60 puestos de trabajo, sin especificar la calidad de los contratos y una vez puesta en marcha. Demasiado esfuerzo medioambiental y de salud pública para tan ridículo resultado», ha sentenciado.

No olvida que «esta empresa depredadora va a lo suyo y le importa un carajo el bienestar de sus trabajadores, de los ciudadanos, el calentamiento global del planeta y el futuro tan nefasto que les espera a esas marismas donde se encuentra ubicada la refinería». Y concluye que ni los vecinos de Muskiz ni los trabajadores quieren que se instale una empresa de estas características en su entorno.

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