Ibon A. Totorika acerca Berri Txarrak a sus miles de seguidores
Con trabajo, pero también con el necesario talento, los navarros Berri Txarrak se han colocado entre las primeras filas de la escena rock peninsular. Progresión popular limitada por las barreras mentales hacia el euskara y por las definiciones políticas cerradas que, en más de una ocasión, han terminado por censurarles. En el DVD «Zertarako amestu», Totorika nos muestra la singularidad de Berri Txarrak, a quienes sigue en el tiempo y les filma de cine.
Pablo CABEZA | BILBO
Acostumbrados a los DVD's musicales apoyados escuetamente en la filmación de un concierto, extraña y anima el combinado de «Zertarako amestu», entre el documental y el directo. Dos visiones que han encontrado en el realizador Ibon A. Totorika y Berri Txarrak un creativo punto de encuentro.
«Zertarako amestu» está filmado en blanco y negro en su mayoría, lo que añade un toque de dramatismo, e incluso de épica, a la historia. Proliferan también los contraluces y los planos de fuerte contraste, aspecto y tono que encajan en la sólida formación de Ibon, quien firma un trabajo de síntesis visual espléndido, ágil en ritmo y humano con los personajes. Imagen, de fondo, y sonido que han logrado que «Zertarako amestu» se venda más de lo previsible en tiempos tan revueltos.
Ibon Antuñano Totorika nació un día lluvioso de enero de 1978. Se crió entre las campas y el mar del barrio de Andra Mari, en Getxo. Las olas le prestaron su afición por el surf y el paisaje, acompañado de verdes campas neblinosas, le colocaron con prontitud detrás de un 50 mm., «que, como accesorio, parecía venir de serie en mis pupilas», define Ibon.
Primeros encuadres
Gracias a una cámara Hi 8 de su padre, Totorika comenzó de joven a grabar y montar imágenes. «Todo el proceso se realizaba en la misma cámara; eso sí que era complicado», explica. Recuerda también cómo, gracias a un buen amigo que le prestó una Super 8, se aficionó por el mundo del cine.
Tras varios años de investigación propia, y después de acabar los estudios en el instituto, Ibon decidió apostar más fuerte por la imagen, por lo que se trasladó a Andoain para estudiar en la escuela de Cine y Arte de la localidad. Allí pasó dos años, pero la experiencia no fue demasiado positiva. «Si acaso mereció la pena por un profesor, quien sí me enseñó cosas muy interesantes», recuerda.
Al concluir este ciclo se le presentó la oportunidad de asistir a la Escuela de Cine de La Habana. A la convocatoria, celebrada en Madrid, acudieron cien candidatos. Ibon quedó el tercero, pero sólo había dos plazas. Entre la decepción y el éxito, a sus 19 años estimó que su formación debía de continuar por otro camino y eligió Barcelona como nuevo lugar de partida. «Me fui al Centro de Estudios Cinematográficos de Catalunya, donde pasé tres de mis mejores años. Allí aprendí como persona más que como cineasta. Conocí a los que serían algunos de mis mejores amigos y con los que trabajé en diversos proyectos. Mientras cursaba estudios tuve la oportunidad de codirigir con un mexicano un cortometraje, `Una bala', que quedó increíble. Con él obtuvimos más de quince premios a lo largo de diversos festivales internacionales (California, Tokio, Chile, Estado francés, Brasil...). Incluso estuvimos prenominados a los Óscar. Fue una época en la que viajé mucho», apunta.
De Afrika a Berri Txarrak
Tras el regreso a Euskal Herria, con 27 años, Ibon realizó dos clips para la cantante Afrika. Gor los vió y decidió que ésa es la mirada que necesitaban los Berri para el tema «Oreka», de su nuevo disco. La fusión se produjo entre el director y el grupo. «Para el clip -recuerda Ibon- nos sentamos en una mesa de Kafe Antzokia, en Bilbo. Recuerdo que ellos me dijeron qué era lo que no querían; lo demás lo aceptarían. Es un grupo con mucho gusto, que cuida al máximo lo que hace y, además, tienen muchos conocimientos de cine. Son muy cultos con el arte».
Tiempo después, un mail de Berri Txarrak le preguntaba a Ibon si tendría tiempo y ganas de embarcarse en un DVD no al uso. Un trabajo que recogiera los 25 meses de gira de presentación de «Jaio.Musika.Hil». La respuesta fue el logrado «Zertarako ametsu».
Totorika habla de los tres integrantes de Berri Txarrak con suma admiración, pero inclina las cejas cuando se refiere a Gorka Urbizu, tanto por su capacidad de trabajo musical como por su poética, algo que se percibe en la narración del propio DVD.
«Zertarako amestu» es la síntesis de dos años de gira, muestra de lo que es un grupo unido por el sentimiento y no por el afán de triunfo. Berri Txarrak transmiten honestidad en un DVD que ya se encuentra en los Festivales de Cannes y Sundance.
Berri Txarrak habían sido previsores y, tras la extensa gira de «Jaio.Musika.Hil», contaban con más de un centenar de grabaciones. Gorka e Ibon fueron visionándolas hasta dejarlas en unas cien. A partir de aquí se grabaron nuevas entrevistas y el concierto en Gernika. La elección de material, de tomas, fue muy duro, pero reconforta hallar tan sólo un plano «singular», que los hay. «Yo quería que el que viese el documental sintiera algo, que no sólo se quedara con la información», explica Ibon. Aspecto que, unos y otros, logran en cada metro de bits. P. C.