Desde luego, el guión de muchos de los partidos del Athletic esta temporada en San Mamés no se llevaría un Oscar. Normal, si hablamos de un argumento que se ha repetido ya ante varios rivales -Almería, Deportivo, Murcia, Levante o Villarreal- y que ha propiciado que todos menos los granota han conseguido llevarse algo de San Mamés. Es una sensación más que preocupante, ya que una vez con el marcador a favor, La Catedral, bajo la dirección del míster local, parece convertirse en la mediocre «Morada del miedo» y, sin recurrir a Robert de Niro, apenas «15 minutos» son suficientes para estar «Con el miedo en los talones».

Lo peor de todos estos malos guiones, no es otra cosa que el Athletic ha tenido el partido bien controlado en la mayoría de ellos y en todos ha estado con el marcador a favor. A partir de ahí, y especialmente en las segundas partes, el equipo se echa atrás y sufre lo indecible para mantener su ventaja. De hecho, equipos recién ascendidos como Almería y Murcia merecieron mayor premio del que se llevaron de Bilbo o un enfermo Deportivo -con varios jugadores aquejados de gastroenteritis- fue capaz de pescar un punto en las postrimerías de su visita a la capital vizcaina.

Todo ello, evidencia, por un lado, la falta de experiencia y acierto para manejar los partidos, una de las premisas para las que se supone se fichó a Caparrós, y el triste espectáculo que supone para los aficionados rojiblancos ver a su equipo convertido en un equipo miedoso. Más, cuando en partidos como el jugado ante el Villarreal durante la primera mitad se pudo comprobar que el Athletic tiene equipo para jugar de tú a tú, en casa, a cualquier gallito. Si no, que le pregunten también al Barcelona lo que sufrió en el último cuarto de hora.

En este sentido, David López, que compareció ayer ante los medios, señaló que los jugadores «nos damos cuenta de que empezamos bien las primeras partes y luego nos deshinchamos o tenemos un bajón. Hay que controlar la intensidad de las primeras partes para estar en las segundas más fuertes».

Aitor Ramos, que acabó la primera parte atenazado y desfondado, se mostró en una línea similar y destacó que «no es el primer partido que empezamos, que tenemos que matarlo y no lo matamos. Aunque si los matásemos no estaríamos donde estamos ahora. Si estuviéramos arriba, seguro que saldría todo». Una situación que no permite ningún relajo, tal y como señaló el ex osasunista, quien dejó claro que a partir de ahora todos los choques serán «una final» para el Athletic.

Así, López concluyó que en los 13 encuentros que restan los rojiblancos tienen «que intentar sacar cuanto antes los puntos para no pasar apuros».