En defensa del rendimiento y capacidad de Aritz Aduriz
Beñat ZARRABEITIA
Es obvio que todo el que se acercó a San Mamés el pasado domingo sabe que Aduriz no hizo un buen partido ante el Villarreal y que el donostiarra no pasa por un momento especialmente dulce desde el inicio de año. Ahora bien, esto no es óbice para ser consciente también de que su aportación está siendo desparovechada por unas decisiones tácticas discutibles y que el guipuzcoano merece tener su crédito. Hace dos meses, caían chuzos de punta sobre Llorente por fallar en Santander, pero desde estas líneas se pidió ver su crecimiento y ahora es el turno de hacer lo propio con un Aduriz que, antes o después, mostrará sus credenciales de siempre. Ya que, aunque la inmediatez del fútbol lo difumine todo, la paciencia y la memoria son clave para entender este juego.
Por tanto, no convendría olvidar que hace dos años sin la aportación de Aduriz -u otros como Luis Prieto- el Athletic hubiera bajado a Segunda, sin duda. Ese tipo de cosas, como el gol salvador de Gabilondo al Levante, no deberían quedar en el olvido de una afición y entorno que tiene que entender que el Athletic es diferente para todo. Incluso para valorar a unos jugadores cuya aportación ha sido vital en un pasado muy reciente.