El delfín de Vladimir Putin y favorito en las presidenciales rusas del domingo, Dimitri Medvedev, viajó ayer a Belgrado a ofrecer todo el apoyo de Moscú a Serbia en su pugna por evitar la independencia de Kosovo.

Medvedev tuvo una agenda muy apretada y se reunió con el presidente, Boris Tadic, con el primer ministro y furibundo unionista Vojislav Kostunica y rindió asimismo visita a la iglesia ortodoxa serbia, convertida en uno de los bastiones del anexionismo serbio en los últimos años.

Kostunica no ocultó su alegría por la visita y aseguró que Serbia romperá relaciones con los países que están reconociendo en cascada a Kosovo.

Ministro serbio, a Kosovo

El ministro serbio para Kosovo, Slobodan Samardzic, visitó varios enclaves de mayoría serbia en Kosovo y tuvo un encuentro en Kosovo Polje con el jefe de la Administración de la ONU, Joachim Rücker.

La OTAN y la ONU reiteraron su intención de cubrir con sus misiones todo el territorio kosovar y negaron que vayan a abandonar Mitrovica a su suerte.