El escándalo fiscal en Liechtenstein podría extenderse a otros países de Europa
GARA |
El escándalo de evasión fiscal que sacude las relaciones entre Alemania y Liechtenstein podría extenderse a otros países de Europa. La prensa de Gran Bretaña sospecha que un centenar de británicos podría estar implicado en un fraude fiscal.
El banco de Liechtenstein LGT Group, propiedad de la familia gobernante del pequeño principado alpino, confirmó ayer que la información sustraída en 2002, y que ha llegado a manos de las autoridades alemanas, así como de otros gobiernos, contiene datos relativos a 1.400 clientes.
En concreto, la entidad bancaria indicó que alrededor de 600 de esos clientes son ciudadanos alemanes, y aclaró que además contiene información de 4.527 beneficiarios de «fundaciones».
La entidad reiteró que los datos a los que han tenido acceso las autoridades germanas son los mismos que fueron robados en 2002 por un antiguo empleado, al que el banco ha identificado como Heinrich Kieber, y a quien la entidad acusa de ser el «informante» de los servicios de inteligencia alemanes, por lo que sólo afectan a las relaciones contractuales establecidas antes del final de dicho año.
El diario británico «Financial Times» informó en su edición de ayer que el informante que proporcionó los datos de los clientes del banco LGT a los servicios de inteligencia alemanes por unos cinco millones de euros podría haber vendido información de unos cien británicos implicados a las autoridades de Gran Bretaña por unas 100.000 libras esterlinas (133.000 euros).
El diario indica en la lista figurarían un centenar de ricos británicos que, según «Financial Times», habrían defraudado cerca de 100 millones de libras, unos 130 millones de euros.
Asimismo, el diario alemán «Handelsblatt» apunta que Finlandia, Suecia y Noruega han mostrado interés en el listado de clientes del banco de Liechtenstein. Alemania estaría dispuesta a compartir esa información en el marco de la ayuda jurídica internacional, según el diario.
Entretanto, el Ministro alemán de Hacienda, Peer Steinbrück, indicó que si Liechtenstein no coopera para cambiar las «condiciones» que «invitan al fraude fiscal», será necesario estudiar «la posibilidad de complicar claramente los movimientos para que no sea atractivo hacer negocios en Liechtenstein».