Turquía continúa con su ofensiva aérea y terrestre en Kurdistán Sur
Los habitantes de Kurdistán Sur seguían oyendo ayer el ruido de las bombas lanzadas por la aviación turca. El portavoz del Gobierno, Cemil Çiçek, adelantó que los ataques, tanto aéreos como terrestres, continuarán hasta que «el PKK no vuelva a molestar a Turquía». El presidente Abdullah Gül canceló a última hora su viaje a tres países africanos para seguir las operaciones militares desde Ankara. La Casa Blanca le pidió que la incursión «tenga corta vida».
GARA |
La aviación turca prosiguió ayer con sus bombardeos sobre Kurdistán Sur (actual norte de Irak). Las fuerzas de seguridad de esta región indicaron que los ataques aéreos comenzaron a las 22.00 del domingo y que continuaron toda la noche sobre la localidad de Hakur, situada a 20 kilómetros de la línea fronteriza. Según informó la agencia de noticias Anatolia, el paso de helicópteros y cazas entre Cukurca y Kurdistán Sur se ha intensificado en las últimas horas.
El Ejército turco difundió imágenes de video en las que se ve a soldados vestidos de camuflaje subirse a un helicóptero Sikorsky, a punto de despegar de una base militar no identificada del sur junto a helicópteros de combate Cobra, convoyes militares transitando por carreteras nevadas y bombardeos.
«Los enfrentamientos son intensos en Ava Shin, Zab y Basian, en el distrito de Amydi», señaló Ahmed Deniz, responsable de relaciones públicas de la oficina política del PKK.
Altos funcionarios kurdos confirmaron que las tropas turcas penetraron alrededor de 25 kilómetros en territorio kurdo.
Según los habitantes de la zona, los aviones y artillería hostigan a diario a las poblaciones del norte y han provocado graves daños materiales y económicos. Ahmed Husein, un clérigo del pueblo fronterizo de Shiladza, relató que en la noche del domingo los aviones arrojaron bombas sobre las áreas de Nyrwa, Rykan y Mizori. «Desde el pasado verano, la gente no puede ir a sus campos de cultivo o alimentar al ganado porque el PKK lo declara como una zona militar o Turquía lo está bombardeando», denunció.
El portavoz gubernamental turco, Cemil Çiçek, dejó claro que el Ejército mantendrá su incursión terrestre y su ofensiva aérea hasta que «el PKK no vuelva a molestar a Turquía».
En la comparecencia realizada tras el consejo de ministros, insistió en que «Turquía no quiere ser molestada nunca más desde el norte de Irak. Tan pronto como consigamos esto, nuestras tropas volverán a casa», sostuvo. Çiçek, esó sí, no quiso hablar de un periodo determinado.
Por su parte, el presidente Abdullah Gül canceló el viaje de cuatro días a África que hoy tenía previsto iniciar para seguir desde Ankara las operaciones militares. Ayer asistió junto al primer ministro Recep Tayyip Erdogan a los funerales celebrados en Ankara por la muerte de tres soldados en Kurdistán Sur.
Ante la intensificación de la ofensiva militar, el ministro de Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari, afirmó que es una violación de la soberanía de Irak. «Hemos pedido al Gobierno turco que ordene la retirada de sus tropas en cuanto sea posible», subrayó.
«Esta seria escalada de acontecimientos es extremadamente preocupante y desestabilizadora para nuestro país», añadió.
Desde la Casa Blanca, su portavoz, Dana Perino, dijo a su aliado turco que «esperan que la incursión tenga corta vida y que no cause víctimas civiles».
Los militares turcos cifraron en 153 las bajas entre los militantes del PKK. La guerrilla kurda, mientras, afirmó haber matado a 81 soldados. Tan sólo ayer, fueron atacados más de treinta «objetivos» en Kurdistán Sur.
La Policía turca empleó gases lacrimógenos y realizó disparos al aire en Diyabakir, al sur de Turquía, para dispersar a miles de personas que protestaban por los bombardeos sobre Kurdistán Sur.
Los manifestantes corearon gritos contra Erdogan, al que llamaron «hipócrita y terrorista». Asimismo, denunciaron la actitud del presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani. El PKK le acusa de apoyar la intervención militar.
También en Diyabakir fueron atacados un supermercado de la cadena BIM así como un local la asociación Mustazaf, perteneciente a miembros del gobernante AKP.