No sacaron ni una niña que llevarnos al artículo. El debate de la primera estatal a siete fue una de las muestras más evidentes de la falta de pulso dialéctico de estos supuestos ejercicios electorales. Siete individuos, seis hombres y una mujer, que podían haber estado en cabinas individuales porque casi nunca tenían sus intervenciones nada que ver con la de los otros, a no ser que fuera para pelearse por el mismo hueso. Es decir, el PSOE y PP intentan quedar como campeones en lucha antiterrorista, en detenciones y debilitamiento de ETA, a la que le dan la extremaunción por enésima vez, siempre en una pelea que lleve al marco ideal que buscan de un bipartidismo patrimonialista.

En otro nivel, CIU y ERC lo mismo, compitiendo por su clientela común e intentan demostrar quién ha sido el que menos ha pactado con el PSOE. Y por allí andaba un señor de Bilbao que ponía en subasta su caserío, para lo que quisieran. Un ser llegado de algún lugar de la estratosfera, que decía ser de Coalición Canaria, y al que no se le entendió demasiado, pero que daba lo mismo, el que mejor pague tendrá su apoyo, y entre todos ellos una mujer de IU, que era la única que decía algo sensato, pero que emparedada por tantos asuntos del poder terrenal se desdibujó. Resumiendo: un paripé. Ana Blanco estuvo frenéticamente ecuánime, rígida y anodina, como si fuera una muñeca parlante de acero inoxidable. Lo dicho, ni una cita que nos guíe.

El personal se fue a ver la expulsión del Caribe a la periodista Karmele Marchante. «Supervivientes», sobrevive en la parrilla y va logrando máximos de audiencia. Empieza a ser casi un alivio encontrarse con estos programas fuera de tiempo, especialmente fuera de tiempo electoral, porque tampoco dice nada, pero hay cuerpos bronceados, sucios, agua, animales molestos y un presentador que produce una empatía superlativa. Este tipo de reality tiene un punto positivo: los famosos se retratan en condiciones extremas. Patxi Salinas mantiene su espíritu de defensa central. Esto, en cuanto a lo generalista, porque resulta que «Vaya Semanita» logró también unos buenos resultados, con un invitado meloso junto al vendedor de productos bancarios. Salir en ETB es tener futuro.