Las dos alas del llamado movimiento social, la primera ligada a la cuestión social y la segunda a la ecología, tienen que fusionarse. El combate es el mismo. Es el mismo sistema el que destruye el planeta y el que genera tantas desigualdades. Lo que está en juego en la lucha ecológica va más alla de la preservación del planeta.

¿Esta batalla se limita a la sociedad civil o también lo político tiene un papel que  desempeñar ?

 

Esta lucha necesita un relevo político, lo que nos lleva a la cuestión del papel del Partido Socialista (PSF) en la defensa de estas ideas en el ámbito institucional.

Hoy en día la tendencia de la izquierda europea mayoritaria no parece ir en esa dirección, ya que esa izquierda moderna acepta plenamente el mercado.

 

La modernidad es relativa. ¿Quién es moderno? ¿Quién extremista ? Los oligarcas actuales, ¿acaso no son extremistas del sobreconsumo? Ciertos economistas piensasn que las riquezas van a multiplicarse por 64 de aquí a 50 años. Están totalmente fuera de la realidad. En lo que concierne a la modernidad, las ideas de los oligarcas actuales se basan en Adam Smith (economista del siglo XVIII) y David Ricardo (economista del XVIII-XIX). Decir que los recursos no son infinitos es mucho más moderno que la tesis neoliberal actual. No se trata aquí de abandonar la economía de mercado para volver a la planficación. El mercado es eficaz, pero en su ámbito. El mercado no tiene que estructurar los lazos humanos como lo hace hoy en día.

¿Se puede llevar a cabo este cambio de sistema sin el apoyo de la oligarquía ?

 

La oligarquía no es un bloque monolítico. Espero que una parte recupere el sentido común y apueste por este cambio. Sin embargo, esto no ocurrirá por sí mismo, y la presión del movimiento social me parece fundamental para ganar esta lucha que empredemos. E.Z.