Empate a cero en El Madrigal
Al fin tiene premio el retorno a la buena línea foránea
Osasuna cumplió con las consignas lanzadas entre semana de ser menos osado y sumar, aunque sólo fuera un punto, que en este caso sabe a gloria por tratarse del rival, el tercero en el torneo liguero
VILLARREAL 0
OSASUNA 0
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Osasuna acabó en El Madrigal con su mala racha foránea, que se venía prolongando desde hacía tres meses. Su última igualada fuera de casa data, nada menos, que de la primera jornada en el derbi de San Mamés. Por eso y por ser un punto arrebatado al tercero de la Liga, el empate de ayer supo a algo más.
Los rojillos volvieron a la positiva línea mostrada en el Camp Nou y el Sánchez Pizjuán, pero en esta ocasión no hubo injerencias externas y, sobre todo, el once navarro estuvo concentrado durante los 96 minutos que duró el choque, algo que demandó Ziganda a lo largo de la semana.
Comenzó el envite con bastante respeto por parte de ambas partes, aunque el Villarreal llevando la iniciativa en el juego. Mientras, Osasuna optaba más por desarrollar su juego a la contra, si bien con constantes pérdidas de balón y abusando del pelotazo.
Un disparo de Juanfran a los cuatro minutos, que se fue envenenando al golpear a un contrario, fue el único bagaje navarro en el primer cuarto de hora. Por contra, los locales llevaron algo más peligro -tampoco excesivo- con sendos disparos de Nihat y Capdevila, este último de falta directa.
Los de Ziganda no pasaban por demasiados apuros, pero sí eran en exceso condescendientes a la hora de permitir el parsimonioso movimiento del esférico por parte de los castellonen- ses. Cazorla avisó a los 26 minutos de que el submarino amarillo estaba llegando, aunque con cuentagotas, y en un conjunto con la calidad de los amarillos eso era ciertamente peligroso para los intereses navarros.
Cuando todo parecía presagiar que, más tarde o más temprano, podía llegar el toque de calidad local, Osasuna entró en una fase en la que se desembarazó del dominio de los de Pellegrini y pasó a tocar la pelota con mucho más criterio del exhibido hasta ese momento.
El último cuarto de hora fue claramente visitante. Puñal comenzó a distribuir con precisión y Sola asomó sus garras. El cascantino, que con anterioridad ya había conseguido enganchar una falta sacada por Plasil, remató aunque de manera un tanto defectuosa otro envío de estrategia, pero el esférico rebotó en dos defensas y acabó desgraciadamente en las manos de Diego López.
Eran los mejores momentos de la escuadra navarra, que tuvieron su continuación en sendas ocasiones de Juanfran y Vela -en exceso individualistas-, que optaron por disparar ellos cuando contaban con compañeros en mejor ubicación para haber conseguido adelantarse en el marcador.
Toma y daca
El encuentro discurrió por los mismos derroteros tras el paso por vestuarios, entretenido para el espectador por la continua ida y venida de ambos onces, pero desesperante para los técnicos por las constantes imprecisiones de sus hombres.
En ese toma y daca los dos contendientes pudieron inaugurar el electrónico en apenas un minuto. Trató de dar primero Osasuna con un buen centro raso de Juanfran, pero sacó Gonzalo con apuros, mientras que por el Villarreal fue Nihat quien dio el servicio, pero Guille Franco, con mucha dificultad, no consiguió dirigir la pelota hacia la portería de Ricardo.
El de Crevillente volvió a ser protagonista con una magnífica cabalgada por banda, en la que superó, sobrado, a Senna, pero no precisó su asistencia lo suficiente como para que Vela conectara con el marco contrario.
De los locales no se tenía noticia. Hasta que sendos fallos defensivos rojillos generaron las dos únicas ocasiones claras suyas durante la segunda mitad. Un mal despeje de Puñal facilitó el disparo, aunque defectuoso, de Cazorla, mientras que Javi García, reubicado en el central izquierdo en la reanudación, se comió un centro por la izquierda, aunque Monreal, en primera instancia, y, más tarde, Ricardo se encargaron de abortar el remate de Guille Franco.
Los últimos compases fueron más de lo mismo. Un Osasuna mejor plantado -en la línea del último cuarto de hora del primer periodo-, que aguantaba con relativa facilidad las aproximaciones del contrario y, a la par, trataba de salir a la contra, aunque erró en ese pase clave que hubiera propiciado la tercera victoria foránea.
El empate, además de bueno caso de superar al Almería el próximo domingo, tiene la valoración extra del cómo se produjo, lo que pone de manifiesto la progresiva maduración de un renovado plantel.
Hacía bastante tiempo que José Angel Ziganda no podía saborear el premio al trabajo de los suyos fuera de casa. Aunque sólo fuera un punto -la misma distancia a la que se está de los puestos de descenso-, sumarlo supuso para el Cuco «una inyección de moral que nos va a venir muy bien y una satisfacción por el gran trabajo que hemos realizado frente al tercero de la Liga».
Por si alguien no se quedó satisfecho con el botín, el técnico de Larraintzar recordó que no hace mucho se habían sucedido «similares encuentros en los que hemos jugado parecido y hemos terminado perdiendo». De ahí, que no fuera extraño que confesara que durante el último tramo del envite estuviera «temblando, porque el subconsciente está ahí».
Fue una tarde de sensaciones contrapuestas, dado que, por otro lado, el de Larraintzar también admitió haber tenido la sensación «de poder anotar, pero hemos fallado en el último pase». Una mancha que el preparador osasunista excusó en la circunstancia de que «los de arriba se han vaciado y, por ello, faltó lucidez».
El punto, que sabe mejor por conseguirlo ante el tercer clasificado, «un conjunto que juega muy bien, con mucha gente por delante del balón», tendrá todavía más valor si se certifica la victoria ante el Almería en la próxima jornada, ya que «queda mucho por delante y no podemos bajar ni un gramo de fuerza».
En la línea de su míster, uno de los protagonistas del choque por sus cabalgadas por banda derecha, Juanfran, indicó que ahora toca superar a los andaluces -una de las revelaciones de la competición- «sí o sí, porque hay que continuar con la racha». «El equipo ha trabajado muy bien y estamos muy contentos porque las últimas salidas no habían sido ciertamente buenas», añadió el de Crevillente.
En cuanto a su actuación particular, el carrilero señaló que «me he encontrado muy bien físicamente, por lo que el resto de compañeros se han apoyado mucho en mí y eso es lo que quiero, hacer bien las cosas y colaborar con mi trabajo al rendimiento del conjunto».
En el lado contrario, el técnico amarillo, Manuel Pellegrini, tildó a los suyos de «espesos», si bien matizó que «en partidos como el de hoy (por ayer), es fácil perder por 0-1 y nosotros, por suerte, empatamos. Hicimos un encuentro correcto y controlamos al rival, pero no tuvimos creatividad para doblegar a Osasuna, aunque estuvimos mejor otros días en casa».
GARA
Osasuna lidera el grupo de los conjuntos que suman ahora mismo 30 puntos -junto a Athletic y Deportivo-, a sólo uno de los puestos de descenso. La igualdad existente en la clasificación provoca que los rojillos sean decimocuartos, un puesto ciertamente engañoso.
La intervención a la que fue sometido Xavier Margairaz este pasado sábado para restaurarle su rodilla derecha dañada transcurrió «de forma satisfactoria». Según informó el club, al jugador se le reconstruyó el ligamento cruzado anterior, además de regularle el menisco externo.
Los de Ziganda no se olvidaron del marco contrario, pero la estadística recogió que sólo dispararon en una ocasión con el punto de mira ajustado. Fue Kike Sola en el minuto 33 quien trató de dirigir el balón a las mallas villarrealenses, pero entre dos defensas sacaron la pelota.
César Azpilikueta será baja segura ante el Almería, ya que el de Zizur Nagusia vio su quinta tarjeta amarilla y cumplirá, por tanto, la sanción de un partido. El joven jugador resultó amonestado en El Madrigal tras cometer una falta sobre Pires, a quien anuló por su banda.