Zabalgarbi alcanza su capacidad máxima y abrirá otra línea para 2012
Zabalgarbi alcanzó en 2007, tres años después de que comenzase a funcionar a pleno rendimiento, su capacidad máxima al incinerar el 34% de las basuras que se generaron en Bizkaia mientras otro 36% fue reciclado y el 30% restante se depositó en vertederos. Con las 238.219 toneladas incineradas, la Diputación, según aventuró ayer su responsable de Medio Ambiente, augura que a partir de 2012 podría ponerse en marcha la segunda línea de la incineradora.
Agustín GOIKOETXEA |
El diputado foral de Medio Ambiente, Josu Madariaga, compareció ayer ante las Juntas Generales para informar acerca del desarrollo del II Plan Integral de Gestión de los Residuos Urbanos de Bizkaia 2005-2016. Allí, desveló que los vizcainos generaron el año pasado 696.087 toneladas de basuras -un 3,5% más respecto a 2006-, «superando la previsión más desfavorable del plan».
Madariaga declaró que la actuación de la Diputación evitó el vertido de 485.358 toneladas, aunque 238.219 -cerca de la mitad- fueron quemadas en Zabalgarbi para generar 587 millones de kilowatios, actividad que los responsables forales definen como «aprovechamiento del valor energético de los residuos». De este modo, se incineraron 20.480 toneladas más de desechos que el ejercicio anterior, lo que supuso que la planta ubicada en Mina Primitiva, en las faldas de Arraitz, alcanzase su capacidad máxima en su primera línea, en la que se invirtieron 154 millones de euros.
Respecto a la energía generada por la destrucción de la basura, el diputado jeltzale señaló que es el equivalente al consumo doméstico y comercial de unas 300.000 personas. La producción de energía eléctrica, base del negocio, ha mejorado después de que se sustituyera la turbina de vapor, en la que en 2005 se detectaron deficiencias. Por ello, durante cerca de tres meses de 2006 la instalación estuvo parada y otros dos meses funcionó con problemas.
Estas deficiencias no fueron comunicadas al Consistorio bilbaino, que tuvo noticia de los problemas en la combustión de las basuras después de analizar los datos de control de emisiones contaminantes efectuado por el Gobierno de Gasteiz.
Las 238.219 toneladas de residuos fueron reducidas a cerca de 46.200 toneladas de escorias de vidrio y cerámica, que son depositadas en vertederos. Zabalgarbi está a la espera de una autorización de Lakua para incrementar su beneficio vendiendo este material como relleno para las obras públicas.
El plan sobre el que Josu Madariaga dio datos en la Cámara vizcaina contempla la apertura de una segunda línea de incineración, una vez estén en marcha otros proyectos complementarios, como son las futuras plantas de compostaje de Artigas y la de tratamiento mecánico biológico que se situará en los terrenos de la antigua Mina Primitiva, junto a las instalaciones de Zabalgarbi. Además, en mayo del año pasado ha comenzado a funcionar el centro de tratamiento para la reutilización y reciclaje de residuos voluminosos -Berziklatu- ubicado en Orkonera, en el término municipal de Ortuella.
Tras una comparecencia ante los medios de comunicación, el responsable de Medio Ambiente aventuró que siendo muy optimistas la segunda línea de la incineradora podría estar en periodo de pruebas de 2012 a 2016, cuando finaliza el plazo de vigencia del actual plan de gestión de los residuos de Bizkaia. Madariaga desveló que su departamento trabaja en la redacción de los informes previos.
Antes, en la comisión de Agricultura y Medio Ambiente, el representante de Ezker Batua, Jonathan Martínez, reiteró que mientras su formación gobierne con el PNV en el Consistorio bilbaino no concederá la licencia a esta segunda línea. El diputado evitó responder al apoderado, al entender que «las licencias son un acto reglado» y, además, apostillar «que no sabemos quién formará parte del gobierno de Bilbao».
Asimismo, Josu Madariaga manifestó, al igual que lo hizo en marzo de 2007 ante las Juntas Generales, que la puesta en marcha de la segunda línea de Zabalgarbi es «independiente de la decisión que tome Bilbao» respecto al tratamiento de sus basuras. Aunque el PNV en el Ayuntamiento evita el debate por su pacto con EB, sus compañeros en la Diputación vienen argumentando que la capital vizcaina se verá en la obligación de enviar una fracción de sus residuos a la incineradora para cumplir así con una directiva europea sobre vertederos que endurece la normativa a partir del próximo año.
En la directiva 1999/31 se exige reducir al 50% la cantidad de materia biodegradable depositada en los vertederos respecto a la generada en 1995. Esta cantidad se redujo el año pasado hasta el 39%, «acercándonos al objetivo europeo para 2016, que pretende alcanzar una disminución hasta el 35%».
Al presentar el balance de 2007, Madariaga aseguró que los índices de reciclaje de residuos han crecido en Bizkaia de un modo sostenido a lo largo de la última década «hasta alcanzar niveles equiparables a los países europeos punteros», añadiendo que se «ha tocado techo» hasta que se acometa la construcción de las nuevas infraestructuras en Artigas y Arraitz.
La recogida selectiva, para su posterior reciclaje, alcanzó las 247.138 toneladas, siendo el incremento de los índices de reciclaje buenos en la fracción doméstica (23,4%) y en los industriales, comerciales e institucionales asimilables a urbanos (61,3%)
En la planta de Berziklatu, en Ortuella, se recuperaron muebles y electrodomésticos para el mercado de segunda mano, que suponían algo más de 30,5 toneladas, una cantidad muy pequeña si nos atenemos a que casi 375 toneladas de residuos voluminosos fueron pasto de las llamas en la incineradora para generar energía eléctrica. En el ámbito de los textiles, Berohi llegó a reutilizar 1.575 tonedas gracias a la implantación de contenedores de recogida de ropa tras un convenio suscrito con varias entidades.
La generación total de residuos sólidos urbanos en Bizkaia creció el año pasado un 3,5%, superando la previsión más desfavorable del planes de los responsables de la Diputación para 2007, que era del 3%.
A raíz de la quema de 238.219 toneladas de basuras se generaron 46.200 de escorias, en su mayoría de vidrio y cerámica, que Zabalgarbi pretende vender, tras el permiso de Lakua, para rellenos de obra pública.
Una área colmatada de basuras hace 20 años en el vertedero de Artigas, actualmente sellada y en la que se recogen tanto los lixiviados como el biogás generados, acogerá antes de 2016 una planta de compostaje, que tratará la fracción orgánica procedente de las podas y jardinería, así como de grandes superficies comerciales como MercaBilbao o el mercado de La Ribera.
Mediante esta infraestructura y otras de menor dimensión que se irán ubicando por el herrialde, se prevé derivar en 2016 entre 32.463 y 36.277 toneladas anuales de residuos a estas plantas. La de Artigas, en terrenos propiedad del Consistorio bilbaino, tendrá una superficie de 14.000 metros cuadrados. La primera fase del proceso se desarrollará al aire libre y una segunda fase para obtener compost tendrá lugar bajo cubierta.
Josu Madariaga desveló que este equipamiento conformará con la incineradora de Zabalgarbi y la planta de tratamiento mecánico biológico un «ecoparque», una zona en Arraitz-Artigas donde se ubicarán infraestructuras para el tratamiento de residuos.
Las obras de construcción de la planta de tratamiento mecánico biológico (TMB) que impulsará la Diputación vizcaina junto a la incineradora de Zabalgarbi, en los terrenos que ocupó Mina Primitiva, en las laderas de Arraitz, arrancarán previsiblemente en 2010 y se prolongarán por espacio de año y medio. La infraestructura, con una inversión de 29,5 millones de euros, tratará anualmente 180.000 toneladas de residuos.
El TMB es una tecnología moderna importada de Alemania. Este tipo de proceso combina la clasificación y tratamiento mecánico y el biológico de la parte orgánica de las basuras. Su meta es inertizar los residuos, eliminando los contaminantes, tanto a la atmósfera (biogas) como al subsuelo (lixiviados).
El proceso comprende cuatro pasos: la recepción de los residuos, el tratamiento mecánico, el secado o maduración y la separación de inertes. El ciclo completo dura entre seis y diez días.
A lo largo de 2007, los responsables de Medio Ambiente han trabajado en la elaboración de este proyecto y el de la planta de compostaje de Artigas, ambos se incluyen en el área geográfica delimitada por el Plan Especial de Arraitz-Artigas, dos valles colindantes muy deteriorados medioambientalmente. El diputado Josu Madariaga afirmó ayer ante los periodistas que sus previsiones son las de aprobar inicialmente esta norma urbanística en el plazo de tres meses.
El Plan contempla la instalación de la planta de TMB en Arraitz, junto a Zabalgarbi, y el desarrollo urbanístico de Artigas, donde durante las últimas décadas Bilbo ha depositado sus basuras. A la hora de redactar el documento, según explicó Madariaga, la Diputación vizcaina ha contado con las opiniones del propio Ayuntamiento de Bilbo y de empresas que trabajan o van a trabajar en el tratamiento de los residuos sólidos urbanos.