Pikabea y Santacristina dicen que abandonaron el Colectivo en noviembre
Los prisioneros vascos José Luis Álvarez Santacristina y Kepa Pikabea han remitido un escrito a los medios de comunicación con el que dan respuesta a los argumentos esgrimidos por el Colectivo de Presos Políticos Vascos para anunciar su expulsión.
GARA |
José Luis Álvarez Santacristina y Kepa Pikabea afirman que han recibido «con sorpresa y, porque negarlo, con enfado y disgusto» la información que hizo pública el Colectivo de Presos Políticos Vascos -este rotativo se hizo eco de esa noticia el pasado 17 de febrero-, en el que, entre otros aspectos, se informaba de la expulsión del Colectivo de estos dos presos. Álvarez Santacristina y Pikabea responden a esa declaración con unos razonamientos que, básicamente, se resumen en cuatro aspectos.
El primer argumento que esgrimen los vecinos de Donostia y Hernani, se centra en que fueron ellos los que «decidimos, por nuestra iniciativa y con total libertad, abandonar la estructura del Colectivo de Presos Políticos Vascos». Álvarez Santacristina y Pikabea señalan, además, que esa decisión fue tomada y llevada a cabo «los primeros días de noviembre del año pasado». Por tanto, prosiguen, «no nos ha expulsado nadie. Difícilmente puede alguien expulsar a otro si, de antemano, se ha situado ya fuera de la estructura a la que pertenecía».
Sólo un encuentro con Urkijo
El segundo de los razonamientos de Álvarez Santacristina y Pikabea responde a otra de las críticas que les realizó el Colectivo de Presos Políticos Vascos: los encuentros con el asesor de la Oficina para la Atención de Víctimas Terroristas del Ejecutivo de Lakua, Txema Urkijo.
Al respecto, niegan por dos veces que Álvarez Santacristina mantuviera ningún tipo de contacto con Urkijo; añaden que «es una mentira redonda». No obstante, señalan que, «sólamente una vez», Kepa Pikabea mantuvo una reunión con el representante del Gobierno de Lakua. Matizan que la razón para ello fue que Pikabea «es, además de preso político, también una víctima del GAL, puesto que fue gravemente herido en Baiona en 1985».
Según los dos presos, ese encuentro tuvo como finalidad que le realizasen un chequeo médico completo en el Hospital de Donostia, «después de ver que en estos años no le han realizado exhaustivas pruebas médicas que deberían realizarle».
Como tercer elemento, destacan que «desgraciadamente, el daño ya está hecho. Hacer daño es fácil, y, más aún, escudándose tras unas siglas respetables». De esta forma, los dos recriminan a «los que han hablado en nombre del EPPK» que no les hayan «preguntado nada», teniendo en cuenta las «graves acusaciones» que se vierten en su contra. Por último, los dos expresan su «todo nuestro respeto a los prisioneros políticos vascos».
«Txelis» y Pikabea también señalan que «por encima de las opiniones y estructuras, queremos mostrar todo nuestro respeto a todos los prisioneros políticos vascos, siendo alguna vez compañeros, o no».