El impacto me ha dejado con pocas. Sólo las de Paco Ibáñez: «Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti, como ahora pienso».

Ha sido una noticia difícil de digerir. Julia Guerra se ha ido de golpe. Algo para lo que se supone que tenemos que estar preparadas todas las personas, pero en el momento de la noticia no hay palabras que calmen el dolor y la rabia.

Tu sonrisa, tu disposición a la ayuda constante hacia las demás personas. Tu compromiso con la igualdad en todos los sentidos. Tu pasión por la poesía y la transmisión de tus ideas con la palabra escrita. Tu capacidad para aceptar la diversidad y las culturas.

Estabas lejos de aquí, de Nafarroa, y allí te ha llevado la muerte. Siento no poder despedirme de otra forma, pero quiero volver a darte las gracias por haber tenido el placer de conocerte, disfrutar de tu fuerza y compartir contigo momentos muy agradables de la vida y aquellos duros que tú conseguiste suavizar. Besos, maitia. Tus poemas serán recordados en muchos actos y lugares, y a través de ellos tú.