Elecciones en estado de excepción
«Que una fuerza pida la abstención merma el derecho de los abstencionistas»
Candidata de Eusko Alkartasuna por Gipuzkoa al Congreso
Nacida en Legazpi en 1966, Nekane Altzelai, es cabeza de lista de Eusko Alkartasuna al Congreso de los Diputados por Gipuzkoa. Responsable de Asuntos Sociales, Relaciones con los Sindicatos y Movimientos Sociales de la Ejecutiva Nacional de EA, ha ocupado un escaño en el Parlamento de Gasteiz en las últimas cuatro legislaturas.
Gari MUJIKA | DONOSTIA
Reclinada en uno de los sofás con los que cuenta la oficina que ocupó primero Carlos Garaikoetxea y, después, Begoña Errazti, Nekane Altzelai ha recibido a GARA en la sede nacional que tiene Eusko Alkartasuna en la capital guipuzcoana. A pesar del frenético ritmo que le imponen las elecciones, no refleja cansancio alguno tras la sonrisa con la que nos recibe.
Ahora que nos encontramos en los últimos días, ¿cómo va la campaña electoral?
En principio, en Euskal Herria está siendo muy tranquila. Todo está centrado en los debates de Rajoy y Zapatero, lo cual en absoluto refleja la realidad política del país. Entiendo que esta segunda semana se animará más el debate entre los políticos.
¿Cómo se encuentra ante el nuevo reto que le ha planteado su partido?
Con mucha responsabilidad, pero orgullosa de saber que se confía en mí para representar al partido en Madrid. Begoña [Lasaga- baster] ha sido una mujer que ha defendido con firmeza los proyectos de EA. Estilos diferentes, pero que esperen a una persona reivindicativa en Madrid.
¿Y cuál será el eje central de sus intervenciones en Madrid?
El eje fundamental debe de ser el derecho a decidir del pueblo vasco. Asumo el compromiso de presentar como primera iniciativa el derecho de autodeterminación para el pueblo vasco en el Congreso de los Diputados, y esto hará que el resto de los partidos políticos se posicionen al respecto. Ésta debe ser la legislatura de la capacidad de decidir del pueblo vasco.
Pero, ¿cómo sitúa esa opción de la capacidad a decidir en la actual situación política?
Nos encontramos en una situación política en que no hay nada nuevo. El PP no reconoce al pueblo vasco como sujeto político, y tampoco reconoce que haya un conflicto político. Zapatero, al principio, parecía que era la parte más amable del Estado español. Sin embargo, ha terminado su legislatura copiando miméticamente la estrategia que inició el señor Aznar. En cualquier caso, diga lo que diga Rajoy, diga lo que diga Zapatero, la resolución del conflicto político vasco será a través del diálogo y la negociación. La falta de diálogo puede que sirva para recabar votos de Burgos para abajo, pero la falta de diálogo no tiene ninguna credibilidad en Euskal Herria.
Esta legislatura ha estado marcada por ese diálogo y esa negociación. ¿Qué balance realiza EA sobre el proceso?
Eusko Alkartasuna no puede hacer un balance positivo de la frustración del diálogo y del proceso. Entendemos que para que un proceso de pacificación y negociación política prospere, cuanto mayor número de agentes sociales y políticos intervengan contribuye al éxito del proceso. Lamentablemente, esto no ha ocurrido así. La mesa de Loiola era una mesa restringida.
En un principio era una mesa entre dos partidos, se sumó un tercero... Nosotros entendemos y reivindicamos, además, que el proceso exige la constitución de la mesa de partidos donde todos los proyectos y todas las ideas deben ser expresadas, defendidas, en igualdad de condiciones.
¿Usted cree que en la tesitura actual hay opciones de relanzar un nuevo proceso político?
Siempre hay que mantener la esperanza, y nosotros estaremos dispuestos a colaborar en el inicio de un nuevo proceso de negociación; y, además, esperemos que el proceso llegue a buen término. Evidentemente, un proceso de negociación tampoco se puede alargar en la eternidad, pero esperemos que se abra un proceso de negociación, participar en el mismo y que, además, dé resultados positivos.
Teniendo en cuenta que la amenaza de la ilegalización pende sobre dos partidos y de nuevo se ha vetado el concurso de una opción política, ¿no cree que en esta campaña se está reflejando demasiada normalidad?
Evidentemente que no todas las opciones políticas tienen las mismas oportunidades, porque hay unos partidos políticos que han sido ilegalizados. En ese sentido nosotros ya mostramos nuestra discrepancia a través del comunicado que se leyó en la concentración de Gernika. En cualquier caso, nosotros intentaremos en el Congreso de los Diputados llevar la voz de Euskadi a Madrid y, entre otras cosas, hacer que el resto de partidos se posicionen en relación con la capacidad de decisión de este país. Y la clave estará ahí; en una situación de normalidad política estas cuestiones de ilegalizaciones no caben.
De todos modos, esta opción política ilegalizada también ha mostrado una posición. Ellos piden la abstención a los electores, con lo cual, al final, también han entrado en el debate que se da en la campaña electoral, porque ellos también celebran sus actos pidiendo la abstención. Por tanto, creo que sí que están participando activamente en la campaña. En fin, no se les va a permitir la opción de tener representación, pero sí que están participando en la campaña.
En cualquier caso, sí que llama la atención. Los partidos políticos, cada uno en su ámbito, determinan las estrategias que entienden son las mejores para cada momento, pero este partido político en su día adoptó la decisión de no presentarse a los comicios para decidir la representación en Madrid, porque entendían que en Madrid no se debería decidir nada en relación a Euskal Herria. Cuando han tenido posibilidades no se han presentado, y ahora parece que hayan cambiado la estrategia y muestran voluntad de estar presentes en Madrid.
Distintas formaciones vascas, entre ellas EA, han mostrado su voluntad de llevar a cabo dinámicas en contra de la Ley de Partidos en Madrid.
Así es. EA está en contra de la Ley de Partidos y exige su derogación. Entendemos que no es una solución al conflicto político vasco excluir a un sector importante de la sociedad vasca. Nosotros hemos mostrado nuestra disconformidad con la ilegalización de ANV y de EHAK, y, de hecho, por ejemplo, nos hemos manifestado en Gernika en una concentración en contra de estas ilegalizaciones.
Lo digo porque, ¿no le parece que se echa en falta que ese tipo de dinámicas se lleven a cabo en Euskal Herria, que es donde se plasman y se padecen sus consecuencias?
Hubo una posibilidad de hacer esto en el Parlamento Vasco, por ejemplo. Hubo una iniciativa de EHAK en contra de las ilegalizaciones. Ellos presentaron una iniciativa parlamentaria para que el Parlamento pudiera expresar su rechazo a estas ilegalizaciones. EA estaba dispuesta a votar a favor de esta iniciativa, y me consta también que tanto Aralar como EB y el PNV estaban dis- puestos a apoyarlo, pero en ese momento EHAK no quiso admitir los votos del tripartito y de Aralar a su iniciativa, y la retiró. Es un hecho que lamentamos, porque sí que era una buena ocasión para visualizar una unión y, además, iba a salir adelante, posibilitando una denuncia del Parlamento Vasco a las ilegalizaciones. Es una oportunidad que se perdió, pero siempre habrá tiempo para otras iniciativas de similares características.
Diferentes dirigentes de Eusko Alkartasuna, como por ejemplo Carlos Garaikoetxea, han criticado que se pida la abstención porque, a su entender, favorece a los grupos mayoritarios como el PSOE o el PP.
La abstención no me parece la mejor opción para participar en estas elecciones. Porque la abstención también tiene un significado político, y es que la persona que decide abstenerse lo hace porque está en contra o no comparte los programas de los distintos partidos políticos o como voto de castigo a un determinado partido; en fin, la abstención tiene un significado.
En ese sentido, que una fuerza política pida la abstención merma el derecho de esas personas abstencionistas y creo que hay que garantizarles sus derechos, porque tiene un significado político. Por lo tanto, no toda la abstención que haya el próximo domingo se puede contabilizar como voto favorable a las tesis de la izquierda abertzale.