Días después de que en mayo de 2007 en algún lugar de Europa se escenificara el colapso del proceso político y negociador iniciado el año anterior en Euskal Herria, el principal interlocutor de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, insistía en la perentoria necesidad de mantener la perspectiva de los hechos acaecidos para extraer conclusiones cara al futuro. Aunque an-teriormente ya fue presentada y explicada, la Propuesta para un Marco Democrático continúa teniendo, más si cabe, ple-na vigencia para entender tanto la actual situación política como las claves para el escenario del futuro.

Las conversaciones a tres bandas que mantuvieron representantes de la izquierda abertzale, del PSOE y del PNV en otoño de 2006 en el Santuario de Loiola con el objetivo de suscribir un acuerdo político resolutivo suponen el contexto al que se retrotrae en el tiempo la primera referencia sobre la Propuesta para un Marco Democrático, que desde entonces y cara a los meses o años venideros está siendo objeto de una iniciativa de socialización que, pese a la represión, no cesa.

Oferta respondida con represión

Días después de que a finales de enero Pernando Barrena, Patxi Urrutia y Unai Fano dieran inicio en Iruñea a una de las primeras charlas para tratar sobre lo que se habló en Loiola, la Policía española arrestó a los dos políticos navarros, decretando para el tercero una orden de busca y captura. Pese a la persecución judicial y policial, esa dinámica de socialización continúa. El último acto celebrado con ese objetivo se llevó a cabo en Donostia el martes, con una multitudinaria respuesta.

Además de situar la plasmación de la Propuesta para un Marco Democrático en el contexto político que derivó en la mesa de negociaciones de Loiola, sobre la que continúa estando como única oferta presentada, los ponentes de la charla de Donostia explicaron que fue una oferta que daba paso a la concreción de los términos recogidos en el acuerdo de Loiola, rehuyendo de las ambigüedades quedaban pie a otras implementaciones, «como un nuevo fraude neo-estatutario».

Territorialidad y poder decidir

Dos son las principales claves que han hecho pervivir el contencioso político y armado entre Euskal Herria y los estados francés y español, que precisamente fueron el origen de la negativa del PSOE y del PNV para su concreción, aun asumiendo que eran cruciales para la resolución del conflicto: la vertebración territorial de Euskal Herria y el derecho para la libre determinación de sus ciudadanos.

La izquierda abertzale recuerda que no se trata de su proyecto político, sino de una propuesta que resolvería de forma per- manente el conflicto político y armado. Una oferta que, pese al rechazo por medio del silencio y la omisión por parte del resto de las formaciones políticas, es totalmente «democrática, factible, y real», remarcaron en la charla.

Democrática, real y factible

¿Por qué es una propuesta democrática, real y factible? Recordaron, para ello, cuál es el contenido concreto de la propuesta que en marzo de 2007 se presentó en sociedad en el Pabellón Anaitasuna de Iruñea.

La izquierda abertzale parte de la actual realidad jurídico-política del país para la implementación de la oferta. Es decir, desde la partición territorial. Además, destaca que se trata de un camino a desarrollar en base al acuerdo suscrito entre los agentes políticos del país. Una propuesta que, en lo concreto, se definiría de la siguiente forma: una autonomía política a cuatro para Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa basada en el derecho a decidir de los ciudadanos. Una vez acordado el marco para los cuatro herrialdes del sur del país, serían los vascos que habitan en la CAV, por un lado, y en Nafarroa, por otro, los que debería refrendar si desean la implementación del marco acordado.

La Propuesta para un Marco Democrático también contempla una autonomía política para Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa, también en base al derecho a decidir de su población.

Y, además, se recoge el derecho para que en ese periodo de transición hacia el marco democrático planteado se construyan instituciones nacionales que podrían trabajar de cara y junto a las dos autonomías políticas que se crearían.

De esta forma, se daría respuesta a los dos principales escollos por los que perdura en el tiempo el contencioso político: la territorialidad y el derecho a la decidir de los vascos. Y es totalmente democrática, tal y como defiende la izquierda abertzale, porque deberían ser los propios ciudadanos quienes deberían expresar mediante sendos referendos su aceptación, o no, a la creación de los estatutos de autonomía política.

Todos los proyectos políticos

La izquierda abertzale no tiene duda alguna de que no se trata de una oferta del pasado, sino que, al contrario, será la que marcará el devenir de este país.

El independentismo vasco la ha colocado en perspectiva, ya que además de una herramienta que da solución al conflicto político, entiende la Propuesta para un Marco Democrático como «una herramienta de lucha» para el desarrollo de su proyecto independentista y socialista. Máxime teniendo en cuenta que resuelve otra de las grandes claves: todos los proyectos políticos, incluido el independentista, podrían ser defendidos en igualdad de condiciones y llevados a cabo si cuenta con el respaldo social necesario.