Ráfagas de acierto en momentos clave, errores ajenos y por qué no reconocerlo, ese arbitraje casero de Euroliga sirvieron a un Tau Baskonia bajo mínimos en orden, defensa, rigor y en efectivos exteriores tras la lesión de Vidal y los golpes de Jasaitis para salvar una victoria que certifica su pase a octavos y que virtualmente le da el primer puesto, a falta de salvar el average con un Fenerbahçe Ulker que cayó ayer ante Aris. Los resultados fueron el lado positivo de una noche loca en la que las secuelas físicas de los exteriores ponen el contrapunto.

Lejos del mono con el que ha trabajado por Europa, el Baskonia salió a cancha con la ropa para el vermut de los domingos y se conformó con vivir de su superioridad técnica y su acierto desde fuera. La defensa, con el agravante de la lesión de Vidal y los golpes de Jasaitis, simplemente no existió. Así, pese a manejar ventajas de hasta seis puntos, guiados en ataque por Eidson, Vroman y Bajramovic, los lituanos aprovecharon la falta de exteriores Baskonista -Singleton debutó de tres, con más minutos de los recomendables para él y para el funcionamiento del equipo- y la desidia atrás de los gasteiztarras para plantarse al descanso con tres puntos de ventaja 45-48.

Incapaces de dar criterio a su juego y de conectar con la pintura, el Baskonia volvió a confiarlo todo a la calidad exterior. Una racha de acierto excelso por parte de Prigioni y Planinic, dio a los de Spahija ventajas de hasta cinco puntos mediado el tercer cuarto, pero Lietuvos volvió a reengancharse y a encender incluso todas las alarmas con el 77-81 en el minuto 36.

Acostumbrados a salir vivos de la ruleta rusa, el Tau lo hizo ayer con dos buenas acciones de Planinic -triple y asistencia a Splitter- un tiro libre de un Vidal cojo que salió tras el segundo golpe de Jasaitis y los regalos arbitrales y de Price.