Recuerdos de niñez en un Afganistán prebélico
«Cometas en el cielo»
Una vez más, el cine parte de un éxito literario previo, en este caso la novela de inspiración autobiográfica escrita por Khaled Hosseini, quien se enfrenta a sus recuerdos de infancia en Afganistán desde el exilio norteamericano. El film está dirigido por el inquieto Marc Forster, un cineasta que nunca se repite, y que esta vez ha confiado en el donostiarra Alberto Iglesias una banda sonora que fue nominada al Óscar, finalmente ganado por Dario Marianelli.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
De «Cometas en el cielo» se ha hablado mucho por la nominación al Óscar del donostiarra Alberto Iglesias, autor de una banda sonora con influencias de música árabe. Ha servido de anticipo o introducción al ambiente de una película retrospectiva, que repasa en clave intimista la situación de Afganistán en los últimos treinta años.
El gobierno afgano ha prohibido la exhibición de la película, al parecer por la secuencia de la violación de un menor, aunque en la versión cinematográfica está sugerida y no presenta la misma claridad que en el original literario. Esas imágenes han traído todavía peores consecuencias para el actor infantil que las interpreta, porque la reacción en su entorno familiar ha sido idéntica a la que se da cuando tales hechos ocurren en la vida real, lo que ha provocado el encierro del niño. La productora de la película ha sacado a la familia del país, ocupándose de sus gastos hasta que el afectado cumpla la mayoría de edad. Aún así, se han dado denuncias de explotación de menores, a cuenta de los bajos sueldos cobrados por los dos niños protagonistas, en lo que se supone una millonaria producción de Hollywood, que no tuvo problemas económicos a la hora de adquirir los derechos de la novela de Khaled Hosseini, en cuanto vendió más de ocho millones de ejemplares.
Ya se sabe que Marc Forster es un cineasta inclasificable, que nunca hace una película parecida a otra, así que ya no sorprende que aceptara un proyecto que no tiene nada que ver con los que había realizado anteriormente. Máxime cuando ha aceptado dirigir la nueva entrega de la saga Bond, siendo en principio totalmente ajeno al cine de acción. Es de suponer que fue escogido para evitar que la adaptación de «Cometas en el cielo» cayese en el registro lacrimógeno y porque es uno de los que mejor trabajan con niños, algo siempre difícil. Por tanto cabe esperar que la narración tenga un tono parecido, a nivel de recuerdos y ensoñaciones de la infancia, al de su magistral «Descubriendo nunca jamás». Pero el tema de «Cometas en el cielo» es el de la culpa, ante la imposibilidad para echar marcha atrás el tiempo y rectificar los graves e irreparables errores cometidos en el pasado.
Lo que la novela de Hosseini persigue es la búsqueda de la redención, de un modo mediante el cual mitigar tanto dolor acumulado con el paso de los años. Para el protagonista de esta historia la oportunidad se presenta en forma de llamada telefónica de un viejo conocido, que le anima a que regrese del exilio a su Kabul natal, el lugar donde vivió y cometió una cruel injusticia con su mejor amigo de la niñez. Un acto infame de marcado carácter clasista, porque la víctima pertenecía al servicio de su familia.
Título original: «The Kite Runner».
Dirección: Marc Forster.
Producción: W. Horberg, W. F. Parkes, Rebecca Yeldham y E. Bennett Walsh.
Guión: David Benioff, sobre la novela de Khaled Hosseini.
Fotografía: Roberto Shaefer.
Música: Alberto Iglesias.
Intérpretes: Khalid Abdalla, Zekiria Ebrahimi, Ahmad Khan Mahmoodzada, Homayoun Ershadi, Shaun Toub, Atossa Leoni, Nabi Tanha.
País: EE.UU., 2007.
Duración: 122 minutos.
Género: Drama familiar.