Insultos
Tras el 11-M, Ibarretxe se apresuró a calificar de «alimañas» a los militantes de ETA; cuando los independentistas pusieron en evidencia la pusilánime complicidad de los jelkides, Imaz les llamó «garrapatas». Y ahora, tras el atentado de Arrasate, Zabaleta señaló como «ensuciados de sangre» a quienes optaran por una abstención forzada por un Gobierno al que los del propio Zabaleta no han negado apoyo. El tiempo lo deja todo en su sitio.
OLASO