Bajo la pregunta «¿Firmarías por dejar un mundo mejor?», en mayo de 2007 ocho organizaciones no lucrativas del Estado español se unieron para lanzar una campaña de concienciación a favor de las herencias y legados solidarios. El procedimiento es muy simple. Basta que la persona que quiere dejar parte de su herencia a una ONG acuda al notario y deje constancia de su deseo, para que, cuando muera, esa organización pueda recibir una ayuda destinada a continuar su actividad.

Para dejar constancia de este deseo se puede optar por el testamento abierto, cuyo contenido es conocido por el notario -el testador o una persona de su confianza conserva una copia-, o el testamento cerrado, en el que se declara la existencia de un documento que contiene su última voluntad.

«Nosotros recomendamos la fórmula de testamento abierto, que es muy sencilla. Tiene un coste bajo, no perjudica a los herederos, porque van a seguir teniendo derecho a la parte legítima que les corresponde de la herencia, y permite dejar una parte a la ONG que cada cual elija». Así lo explica Marcos Macarro, coordinador de esta campaña dentro de Amnistía Internacional, al tiempo que recomienda en primer lugar ponerse en contacto con la entidad elegida.

Amnistía Internacional fue una de las organizaciones que impulsó esta campaña, junto a otras asociaciones como Acción contra el Hambre, Aldeas Infantiles SOS, Intermon Oxfam, Médicos del Mundo, Plan España, Unicef y WWF/Adena. Hace escasos días se han unido a esta campaña otras cuatro ONG. Se trata de Alboan (controlada por los jesuitas), Entreculturas, ANAR y el Comité español de ACNUR.

El objetivo de todas ellas es concienciar a la población de que los legados y herencias solidarias pueden ser una forma «muy beneficiosa» de colaborar económicamente con organizaciones humanitarias para que puedan desarrollar sus actividades y contribuir a mejorar la vida de las próximas generaciones.

«¿Qué mejor herencia que dejar un futuro mejor a las personas que lo necesitan?», se pregunta Marcos Macarro, quien reconoce que se trata de una fórmula todavía «muy incipiente» en el Estado español.

«A la gente todavía le cuesta colaborar mediante este sistema. Por eso, las doce organizaciones que estamos impulsando esta fórmula queremos concienciar a los ciudadanos de que hacer testamento no sólo va a ahorrar a sus herederos muchísimos trámites y preocupaciones, sino que también es la mejor forma de asegurar que se van a cumplir sus últimas voluntades. Además de proteger a tus allegados, puedes contribuir a dejar una sociedad mejor», resume Macarro.

Su compañero Andrés Krakenberger, que lleva trabajando desde 1982 en Amnistía Internacional y es coordinador de los grupos de esta organización en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, es una de las personas que ha dejado recogido en su testamento su voluntad de que una parte de su herencia vaya destinada a la ONG donde lleva trabajando 26 años de su vida. «No es que sea una parte muy grande de la herencia, pero me pareció que era importante hacer este gesto», comenta Krakenberger.

Hay varias fórmulas

Las personas que deciden hacer un legado a una ONG pueden optar por establecer una cantidad económica fija, un porcentaje de su herencia o incluso un bien concreto. Sea una fórmula u otra, estas ayudas resultan de «gran ayuda» para las entidades beneficiarias, por cuanto les permite tener contabilizadas una serie de donaciones de cara al futuro y de esta forma hacer una mejor previsión de sus actuaciones.