Cinco soldados estadounidenses murieron ayer como consecuencia de un atentado kamikaze mientras patrullaban a pie en un barrio suní de Bagdad, en lo que supone el peor ataque contra las tropas de Washington en Irak desde hace dos meses.

El atentado también costó la vida a dos civiles y provocó heridas a otros quince, según un responsable de la seguridad iraquí.

Un kamikaze hizo detonar un cinturón de explosivos cerca de un grupo de soldados estadounidenses que se disponían a realizar sus compras en el barrio de al-Mansour, al oeste de la capital, según testigos presenciales citados por France Presse.

«Un convoy de vehículos americanos se paró y un grupo de militares bajaron para patrullar a pie a lo largo de la avenida al-Mansour», relató un policía de tráfico.

«Venían casi todos los días a hacer sus compras en las tiendas o a tomar un helado», explicó este policía, que pidió guardar el anonimato.

«Diez minutos después, un kamikaze se hizo explotar en medio del grupo», relató un soldado iraquí, que también presenció el ataque.

Más ataques

Por otra parte, una persona murió en otro atentado registrado en Suleimaniyah, en Kurdistán Sur, cuando un coche bomba estalló delante de el hotel Palace, según informó un responsable local.

En otro ataque en Baquba, cuatro personas murieron como consecuencia de otro ataque kamikaze.