Tras las elecciones del 9-M
La debacle de IU es mayor en la CAV y Nafarroa
I.B. | GASTEIZ
Uno de los datos más llamativos y repetidos por los análistas tras la cita del domingo ha sido la espectacular caída sufrida por IU, que ha dejado a su coordinador general, Gaspar Llamazares, a los pies de los caballos. De los cinco escaños que poseía sólo ha conseguido mantener dos, y ha pasado de 1.284.081 votos a 963.040. Una debacle.
Sin embargo, el batacazo es aún mayor en Hego Euskal Herria, especialmente en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, donde los de Javier Madrazo han perdido más de la mitad de los votos. En concreto, en los comicios de 2004 cosechó 102.342 apoyos, y anteayer se quedó en 50.123.
Los datos son elocuentes para una fuerza que desde hace ya muchos años cuenta con la baza, tanto respecto a los medios a su disposición como en presencia pública, de formar parte del Gobierno de Lakua.
«Serio, profundo y riguroso»
El coordinador general de Ezker Batua y consejero de Vivienda, ante la evidencia de los «malos» resultados obtenidos, anunció la apertura de un proceso de reflexión «serio, profundo y riguroso» de cara a recuperar el electorado perdido.
Sin embargo, aun sin ser de forma tan constante como puede suceder en el caso de EA, EB ha ido dejándose por el camino buena parte de sus electores desde que en 1996 llegara a la cota de los 116.133 sufragios.
Entre los argumentos esgrimidos por Madrazo para explicar este acusado descenso, citó el atentado del viernes en Arrasate. «Si las elecciones hubieran sido el jueves, los resultados no hubieran sido los mismos», sostuvo el consejero. Junto a éste, mencionó otros elementos como la ley «injusta y antidemocrática» y el «bipartidismo y la polarización» del voto.
En Nafarroa, IU tampoco ha salido mejor parada, ya que de los casi 20.000 votos que obtuvo en 2004 ha pasado a poco más de 11.000. No es la mitad, como en el caso de la CAV, pero sí mucho más del porcentaje perdido en el Estado.