Trabajar contra viento y marea, mata
El informe preliminar hecho por Osalan del accidente laboral que costó la vida a un trabajador de 19 años de edad en Durango concluye que el siniestro se produjo cuando el operario procedía a realizar una tarea que el mal tiempo reinante ayer desaconsejaba de plano realizar, y mucho menos en solitario. El trabajador se disponía a atar tres láminas de grandes dimensiones cuando fue aplastado por una pieza de cristal de 1.500 kilogramos de peso.
De acuerdo a la información facilitada por el sindicato CCOO, el trabajador prestaba sus servicios para una empresa subcontratada. La falta de medidas preventivas en un sector de alto riesgo como la Construcción es una realidad que no se corrige pese al alto costo en vidas que esa actitud acarrea. Se antepone la necesidad de entregar las obras en el plazo convenido por las constructoras a la adopción de medidas que permitan evitar accidentes como el ocurrido ayer. Sin duda, el alto nivel de precariedad que se da en el sector, la fuerte competencia entre contratas... son factores que ponen todavía más difícil a un trabajador el exigir medidas de seguridad más eficaces o, simplemente, el negarse a realizar una maniobra que en medio de un temporal de viento y lluvia es del todo temeraria. Trabajar contra viento y marea, es una evidencia trágica, mata.