Mariano Rajoy mantuvo la tensión hasta el final en la reunión a puerta cerrada que celebró el Comité Ejecutivo Nacional del PP. A su término, anunció que volverá a optar a la presidencia del partido en el próximo Congreso, adelantado a junio.

Afirmó también que lo hará con el equipo que él estime conveniente y que todo el mundo es «libre» de presentar su candidatura. «Me presentaré al Congreso con mi propio equipo», aseguró con rotundidad.

Preguntado sobre si eso supone que introducirá cambios sustanciales en su equipo, dijo que no desvelará los nombres de sus componentes hasta el día antes de las votaciones del Congreso.

Tampoco quiso aclarar si Eduardo Zaplana seguirá siendo portavoz parlamentario en el Congreso español. En tono de broma, comentó que cuenta con «153 candidatos, o a lo mejor tengo uno más para elegir».

Rajoy justificó su intención de quedarse en que «es lo mejor para el PP y, en estos momentos, para España». En esa línea, consideró que él tiene un proyecto político «bueno para los españoles». «No tengo otro objetivo distinto que ser candidato y ganar las elecciones. Me presento para ser candidato a la Presidencia del Gobierno», añadió.

«Muy libre e independiente»

En su larga comparecencia tras un día de silencio -Acebes indicó el lunes que había estado toda la mañana «trabajando» en su despacho-, Rajoy aseguró que «a estas alturas de mi vida me siento incómodo con bastantes pocas cosas», en alusión a la posibilidad de competir con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, por la presidencia del PP. No obstante, opinó que no tendrá rival en el cónclave de junio y que contará con apoyos. «Esto tiene buena pinta», enfatizó.

Remarcó además que se siente «muy libre y muy independiente» en su formación, y que él no es indispensable porque el PP «es un partido muy grande y muy bregado como para depender de una sola persona».

Precisamente, la víspera, Acebes destacó que el PP «no es un partido de personalismos. No lo es y no lo va a ser nunca porque lo que importan son los valores y los principios», y remitió las preguntas relativas a una posible sucesión de Rajoy, a la comparecencia de éste ayer.

Estas declaraciones junto al lacónico «adiós» del domingo por la noche, dieron paso a un sinfin de especulaciones sobre su continuidad en primera línea y parecían ser un aviso.

Preguntado por ese «adiós», Rajoy sostuvo que «cada uno interpreta como quiere, pero lo más fácil es preguntarme a mi y nadie me preguntó».

Asimismo, quitó peso a sus dos derrotas consecutivas. Recordó también las tuvieron Felipe González y José María Aznar y «ahí estuvieron».

En declaraciones a la cadena TVE el pasado 9 de enero, afirmó que no se había plateado «perder ni tampoco irme; será porque no voy a perder o será porque, si pierdo, no me voy».

Esa misma posición mantuvo en una entrevista con «El País», en la que manifestó que si perdía las elecciones «me pondré a disposición del partido con el propósito de continuar. Salvo catástrofe, que no será el caso, no pienso dimitir».

En cuanto a la relación con el futuro Gobierno de José Luis Rodíguez Zapatero, que le ha tendido la mano, dijo «estar dispuesto a hablar de lo que se me plantee, pero si lo que se me plantea es darme castañazos, qué quiere que haga yo, no me lo voy a comer con patatas».

Añadió que esperará «hasta saber las intenciones de Zapatero», para desvelar la postura del PP en la sesión de investidura, al tiempo que dejó claro que mantiene «el mismo planteamiento que en campaña electoral».

Editoriales en su contra

Lo cierto es que su anuncio no ha gustado a la derecha mediática española y aparte de sus comentaristas que, en su día, lo auparon. Basta con echar un vistazo al editorial de ayer de «El Mundo» y a su titular: «El PP debe renovarse».

Para el rotativo madrileño dirigido por Pedro J. Ramírez, el PP tiene «cuatro años por delante, plazo suficiente para consolidar un nuevo liderazgo. Lo más conveniente y coherente sería que Rajoy adelantara el próximo congreso (...) dando la oportunidad a las bases de elegir a un nuevo líder». Concluyó que «tras la decepción de la derrota, la afición anhela ilusionarse con un proyecto que incluya nuevo entrenador, nuevos fichajes y nuevas tácticas».

También son significativas las palabras pronunciadas por el director del periódico en una conferencia impartida en el Club Siglo XXI de Madrid antes de que comenzara la reunión del PP.

En su opinión, sería «una grave equivocación» que optara a la reelección porque, según argumentó, el domingo «terminó el ciclo que comenzó en 1990».

Insistió en que deben «hablar las bases» para que un nuevo líder construya «un nuevo proyecto con ideas renovadas». Para Pedro J. Ramírez, Rodrigo Rato, Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre serían los tres mejores opciones para sucederle en el cargo y optar a la presidencia del Gobierno en las elecciones de 2012.

«Público» resaltó en su editorial que «la derecha ha vuelto a perder y muchos de sus barones, del partido y de los medios, no están dispuestos a conceder a Rajoy esa tercera oportunidad que tuvo Aznar». «Mientras prepara su salida, la derecha mediática le da por amortizado. Ha empezado poco a poco, e irá más allá si cambia de idea e intenta seguir», vaticinó.

Cierre de filas

Aunque entre los dirigentes del hubo ayer un cierre de filas en torno al liderazgo de Rajoy y su decisión de no dimitir, lo cierto es que, horas antes, a la entrada a la sede de la calle Genóva, evitaron hacer declaraciones sobre el futuro del líder del partido.

Zaplana se limitó a responder a los periodistas «ustedes lo saben perfectamente». Junto a él, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, para quien Rajoy tuvo palabras de elogio, y Esperanza Aguirre, fueron recibidos con aplausos por los simpatizantes concentrados ante la sede central del PP en Madrid.

El presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, fue un poco más allá al reconocer la necesidad de un cambio de estrategia encaminado a reforzar los equipos, aunque dijo que no era necesario un cambio de personas.

El presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, no avanzó si apoyará a Rajoy, ya que primero debe hablar con sus compañeros y «valorar cuántas candidaturas» se presentan. Subrayó también que el adelanto del Congreso ha sido «un acto de responsabilidad enorme» y aplaudió la continuidad de Rajoy porque «no se puede improvisar un líder».

En todo caso, apeló a que el PP «decida lo mejor» y abrió las puertas a otras candidaturas porque «se puede presentar cualquiera».