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«`Resk' supone un reto con el que he querido evolucionar mi lenguaje coreográfico»

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Blanca Arrieta | coreógrafa y bailarina

Blanca Arrieta cuenta ya con una dilatada trayectoria como bailarina y coreógrafa. Ha creado espectáculos como «Vértigo», «Zero», «3600», «Memoria» y «Efecto Mariposa», a la vez que ha codirigido junto a la también coreógrafa Matxalen Bilbao «Mutis». Con la compañía Ciento Cincuenta Cuerdas ha realizado trabajos como «Silvery Snot»; ahora visita jundo a ellos La Fundición para mostrar «Resk».

Itziar AMESTOY

La bailarina y coreógrafa Blanca Arrieta (Gasteiz, 1970) presentó «Resk» en la Feria de Teatro de Donostia el pasado junio. Considerando que la obra no estaba acabada, vuelve a llevarla a los escenarios tras unos meses de ensayos y reflexión. Blanca ha participado en numerosos espectáculos cómo coreógrafa y bailarina, tanto en Euskal Herria como en Londres y Dublín, donde vivió su etapa de formación. Su carrera se centra ahora en crecer como coreógrafa. «Resk» es un paso adelante en este aspecto.

¿Está todo listo de cara a la actuación de este fin de semana?

«Resk» es un espectáculo que ya lo habíamos puesto en escena en junio del año pasado. Sin embargo, como se creó en poco tiempo, vi la necesidad de terminarlo. Y ahora nos hemos cogido otro par de semanas enteras de ensayos para poder acabarlo. Todo esto gracias a la coproducción que el Mercat de les Flors de Barcelona nos ha proporcionado para este espectáculo. Esta ayuda con la que contamos es la que nos ha permitido tomarnos este tiempo.

Entonces, ¿no llegó a funcionar del todo en la etapa anterior?

Estaba la idea. Se puede decir que era un poco el comienzo del proyecto. Hay que tener en cuenta que este trabajo ha sido un reto, ya que he querido evolucionar en el lenguaje que normalmente hago y seguir buscando el lenguaje coreográfico que puedo utilizar. Se trata de una obra que tiene muchos elementos: hay un vídeo, hay un músico en directo, tres bailarines... Es la pieza que he trabajado que más elementos tiene, por lo que estructurarla ha sido difícil.

Sin retos, no hay crecimiento profesional...

Claro, normalmente me muevo de una forma más o menos cómoda en el mundo del movimiento, es algo que controlo. Y, de repente, encontrarme con tantos elementos, es un reto. Por eso, he estado perdida, luego me he encontrado... Pero, como poco, he aprendido muchísimo.

Por lo tanto, un riesgo que ha merecido la pena.

Si la fórmula funciona, podemos seguir ahí. Quizá es demasiado arriesgado, pero creo que en el momento en el que estoy como creadora, tengo que investigar y buscar. No quiero hacer sólo un trabajo comercial, sino que estoy buscando; quiero arriesgar. Puedo meter la pata, claro, pero también puedo encontrar cosas que a mí luego me van a servir como coreógrafa.

¿Ha encontrado estabilidad con la compañía Ciento Cincuenta Cuerdas?

Sentía la necesidad de tener ambiente de equipo a mi alrededor. Quiero alejarme de los trabajos de Blanca Arrieta. Yo soy la que propone, la que genera una idea, la que la pone en marcha. Pero aquí, los trabajos los hacemos todos, con mucho esfuerzo por parte de todos los miembros; el conjunto de los componentes estamos aprendiendo. Considero que estoy empezando, llevo tiempo en este mundo, pero al final, ser coreógrafo creo que es algo para toda la vida.

En este crecimiento profesional, ¿recorrer mundo entra dentro de sus próximos retos?

Económicamente, la cosa va muy lenta; primero haces unos trabajos, luego vas recibiendo cada vez más subvención... A lo largo de los años vamos dando pasitos y ahora es cuando puedo empezar a mirar hacia fuera. Nuestros trabajos son ahora cuando van cogiendo calidad y podemos comenzar a sacarlos fuera.

 
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