Bode Miller, tras acabar ayer duodécimo en el supergigante de Bormio (Italia), se ha anotado por segunda vez la general de la Copa del Mundo. Es el primer paso para el segundo doblete estadounidense de la historia, ya que su compatriota Lindsey Vonn se anotará la victoria en féminas salvo sorpresa mayúscula.

A falta de dos carreras, el astro de New Hampshire ya se ha hecho acreedor de forma matemática a la gran Bola de Cristal, que conquistó por primera vez en 2005. En aquella ocasión se convirtió en el segundo estadounidense en ganarla tras Phil Mahre, que lo consiguió tres veces: 1980-81, 81-82 y 82-83. Ahora lo ha logrado fuera de la disciplina de la federación de su país.

Después de adjudicarse con gran autoridad la Copa del Mundo 2004-05, Miller se presentó la siguiente temporada como candidato a ganarlo todo en los Juegos de Turín 2006. Sin embargo, el único título que obtuvo fue el de rey de la noche de Sestriere, sede de las pruebas masculinas de esquí alpino.

Con anterioridad estuvo inmerso en reiteradas polémicas derivadas de sus opiniones a favor del consumo de EPO, de sus declaraciones afirmando haber competido borracho o de las acusaciones de dopaje contra su paisano el ciclista Lance Armstrong.

Cuando empezó a fallar en pistas, Miller chocó de bruces con su federación, que dejó de reconocerle un estatus especial. Le reclamaron que se olvidara de pernoctar en su furgoneta -la famosa Bode-Mobile- y se alojase en hoteles, al igual que el resto del equipo.

Después de Turín, Miller comenzó a efectuar cambios, entre ellos de esquíes -pasó de Atomic a Head-, en abril de 2006, y se vio obligado a aceptar las normas federativas. Pero, tras pasar inicialmente por el aro, antes de arrancar esta temporada dio de nuevo un giro radical y recuperó su esencia. En mayo de 2007 anunció que se desvinculaba de la federación de las barras y la estrellas y comenzó a ir más a su aire que nunca.

Con sus propias ideas y en estrecha colaboración con el ex esquiador austriaco Rainer Salzgeber, director de carrera de Head que confió ciegamente en él, Miller, de 30 años, ha regresado a la cima.

Un extenso palmarés

Es uno de los cinco esquiadores de la historia que ha logrado ganar pruebas en todas y cada una de las disciplinas, campeón del mundo en cuatro modalidades diferentes y doble medallista olímpico en Salt Lake City 2002, Miller ha superado esta temporada el número de victorias en Copa del Mundo del propio Phil Mahre, situando de momento la plusmarca de su país en 31.

La fiesta estadounidense no acaba aquí. Lindsey Vonn (Kildow, de soltera) está a sólo tres puntos de ganar, por segunda vez en toda la historia del esquí alpino de su país, la general femenina. Puede hacerlo hoy mismo.

Justo veinticinco años después, se repetiría la proeza de 1983, cuando Phil Mahre y Tamara McKinney sorprendieron al alzarse con las dos grandes Bolas de Cristal.