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PARIS-NIZA Cuarta etapa

Evans y Gesink se reparten los honores en el Ventoux

Victoria de etapa para el australiano, mientras el joven escalador de Rabobank asalta el liderato

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Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Siempre al ritmo de los mejores  -fue el corredor más regular de 2007-, pero poco acostumbrado a levantar los brazos, Cadel Evans disfrutó ayer con una de sus escasas aunque selectas victorias. En el Mont Ventoux, siempre ligado a grandes nombres, pese a que regresara a la Paris-Niza con algunos kilómetros menos de lo habitual.

La etapa dejó otro vencedor, el joven escalador Robert Gesink, que, desgastado por la ascensión, fue superado por el australiano en los últimos metros, pero que sube a la primera posición de la clasificación general, en detrimento de un Sylvain Chavanel que se aseguraba en óptimas condiciones, pero que ayer no pudo aguantar el ritmo de los mejores cuando la carrera se rompió.

El tercer nombre de la jornada podría ser el de Jens Voigt, incombustible, al que le sobraron unos kilómetros para añadir otra muesca a una cartuchera a la que apenas le deben quedar ya huecos. Pero es que como advertía Eric Caritoux en la salida -y debe saber de lo que habla porque ganó en tres ocasiones en la cima del Ventoux, en el Tour, en la Paris-Niza y en el Tour de Vaucluse-, esta montaña «no perdona al que se precipita con los esfuerzos».

Así que poco futuro podía tener Voigt, teniendo en cuenta, además, que sus esfuerzos no comenzaron a pie de puerto, sino prácticamente con el banderazo de salida. En el kilómetro once, concretamente, cuando saltaba del pelotón junto a Kuschynski, Eisel y Terpstra. Un cuarteto que llegó a superar los siete minutos de ventaja y que no fue atrapado hasta la última ascensión.

Para entonces, Rabobank ya se había unido a Cofidis en cabeza de pelotón. Un trabajo que sólo se vio recompensado en el caso de los holandeses cuando comenzó la escalada al Ventoux, ya que mientras Chavanel sufría y se descolgaba, Gesink se iba con los mejores. Primero con una veintena de corredores -de entre los nuestros sólo aguantaba ya Juanma Garate- y después con Popovych, Evans, Rebellin y Franck Schleck.

Atrapaban a Voigt, último superviviente de la fuga, a sólo cuatro kilómetros de meta. En un segundo demarraje, Gesink se quedó sólo con Evans -descartado para la general tras su caída camino de Nevers-, que aguantó como siempre con el gancho, para hacerse con la etapa en el último suspiro.

Por detrás, el habitual reguero de corredores, con Chavanel, por ejemplo, a casi cuatro minutos, y sin fortuna para los nuestros. Juanma Garate, séptimo, fue el mejor, mientras Gorka Verdugo, 21º, cedía más de dos minutos y queda apeado del podio para caer hasta la séptima plaza de la general.

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