Las nuevas muestras de violencias registradas ayer en Irak se produjeron cuando faltan seis días para que se cumpla el quinto aniversario de la invasión del país árabe y mientras en Washington un nuevo informe del Pentágono confirmó la ausencia de un vínculo directo entre el derrocado presidente, Saddam Hussein, y Al Qaeda, el pretexto que la Administración Bush utilizó para comenzar la guerra.

Ayer fue hallado muerto el arzobispo caldeo de Mosul, Paulos Faraj Rahou, de 65 años, secuestrado el pasado 29 de febrero por un grupo armado que interceptó su vehículo. Su cuerpo fue encontrado cerca de la ciudad donde desapareció, después de que sus captores informaran de su paradero en la periferia de la ciudad, considerada hoy como un feudo de Al Qaida.

La agencia vaticana Asianews, señaló que el arzobispo llevaba muerto «al menos cinco días». Añadió que «parece que no existen signos de violencia» y que su muerte se debía «probablemente a la falta de las medicinas que tenía que tomas por sus graves problemas de salud». Sin embargo, fuentes policiales iraquíes indicaron que el cuerpo presentaba varios disparos.

Coincidiendo con este hallazgo se produjeron varios atentados en Irak. El más grave de ellos, la explosión de un coche bomba en una calle comercial del barrio Bab al-Sharji, de Bagdad, que se saldó con al menos 18 muertos y 49 heridos. Otro ataque similar, en el barrio al-Shurta al-Khamissa, mató a una persona e hirió a cuatro más. Además, otras tres murieron en sendos ataques de hombres armados en Baiji y Bagdad.

Por otro lado, las autoridades informaron de que se siguen registrando enfrentamientos entre tropas de EEUU y milicianos del Ejército del Mahdi en Kut.

Contra la guerra

Para denunciar la invasión, «masacre y expolio» que EEUU, la UE y sus aliados están llevando a cabo desde hace cinco años en Irak, organizaciones sociales y sindicales de Euskal Herria han convocado protestas este sábado en Bilbo (17.30 horas, Arriaga), Donostia (18.00 horas, kiosko del Bulevard) e Iruñea (18.00 horas, plaza del Castillo).

Con estas movilizaciones, quieren reclamar el fin de la ocupación de cualquier territorio por tropas extranjeras, de la tortura, secuestros, detenciones ilegales y prisiones secretas, el respeto a los derechos humanos y las libertades civiles y defender, asimismo, la negociación para la resolución política, y no armada, de los conflictos.