CRÓNICA | Salud laboral
Los últimos estudios constatan que la precariedad aumenta el riesgo laboral
La causalidad directa entre la precariedad laboral y el aumento de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales recogida en diferentes estudios realizados en Europa también se está constatando en este momento en Estados Unidos y en Canadá. La ONU ya advirtió sobre ese problema en setiembre de 2007.
Juanjo BASTERRA
La Agencia de la Salud en el Trabajo de Estados Unidos (NIOSH) y el Centro de Seguridad e Higiene Ocupacional de Canadá (CCOHS) han confirmado los resultados de investigaciones que ya se habían realizado en Europa sobre la mayor incidencia de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales entre los trabajadores con contratos de trabajo precarios.
En la actualidad, el mercado de trabajo mundial se mueve bajo las fórmulas de la precariedad laboral, lo que debería de alertar y alarmar a las autoridades para reforzar la actividad inspectora y de control de esos trabajadores y evitar que sufran accidentes de trabajo, ya que están expuestos a riesgos entre dos y cuatro veces mayor que el resto de la plantilla fija. También debería dar pie, como indica la legislación en materia preventiva, a que los empresarios no se salten ninguno de los procedimientos de formación e información a esos trabajadores sobre los riesgos a los que se enfrentan.
La NIOSH estadounidense reconoce que en esta materia «mucha de la evidencia procede de Europa», pero «varios estudios de Estados Unidos han demostrado un riesgo más alto de lesiones entre quienes tienen contratos de trabajo atípicos y de carácter temporal». Una mayor incidencia de estos casos se produce entre jóvenes con edades inferiores a los 25 años.
Trabajos peligrosos
Un examen sobre los trabajadores con contratos de un día en 2004 «indicó que un 19% de los mismos divulgó lesiones, frente al 5% de todas las industrias privadas». La agencia estadounidense reconoce que esa incidencia cuatro veces mayor de sufrir accidentes que el resto de trabajadores tiene que ver con causas confirmadas también en Europa. Así, especifica que los que más accidentes sufren son a quienes «se les contrata en los trabajos más peligrosos».
Otra de las causas se refiere a que disponen de «escasa experiencia y familiaridad» con operaciones en un lugar de trabajo peligroso. No tienen el «entrenamiento» de seguridad adecuado ni «los equipos protectores». NIOSH considera, además, que «tienen acceso limitado a las medidas preventivas, tales como programas de investigación médica». En Estados Unidos, este problema se agrava porque «muchos millones de trabajadores» no cuentan con seguros de remuneración en caso de accidentes de trabajo. En Canadá los resultados marcaron tendencias similares.
Doble riesgo
El Instituto Sindical del Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS), dependiente de CCOO, señala que es positivo que en Estados Unidos y Canadá estén obteniendo conclusiones en el mismo sentido de las que se manejaban a este lado del Atlántico en cuanto a la relación de la precariedad con el aumento de los accidentes de trabajo. De hecho, advierte que «la precariedad afecta muy negativamente a la salud de los trabajadores« y «agrava objetivamente la exposición al riesgo laboral». En este sentido, está demostrado médica y científicamente que «la inestabilidad en el empleo se asocia a una peor salud mental» y que los trabajadores temporales «tienen, al menos, el doble de riesgo de sufrir un accidente».
La Administración pública conoce esta realidad, sin embargo todas las medidas que se adoptan en el mercado de trabajo se dirigen precisamente a la flexibilización, tal y como señala LAB en un documento sobre la precariedad. «Se avanza hacia el mayor riesgo, en el camino opuesto» y, por otra parte, «no se actúa para poner remedio en las empresas para que los trabajadores precarios tengan una orientación adecuada sobre la manera de trabajar y de acometer las tareas».
El ISTAS reconoce de manera abierta que «la brevedad de la misión de esos trabajadores conlleva unas menores posibilidades de atención preventiva, lo que genera situaciones de auténtica desprotección».
La legislación en esta materia determina que esos trabajadores deben contar con «el mismo nivel de seguridad y protección que los fijos». Sin embargo, hay muchas empresas en las que ni los trabajadores fijos conocen los riesgos a los que se enfrentan en su jornada laboral diaria «porque el empresario no han realizado las evaluaciones de riesgos, porque prefiere mejorar sus beneficios», según manifiesta LAB.