El domingo que viene se abrirá la nueva temporada de pesca y entre las novedades que figuran en la orden foral aprobada por la Diputación de Araba para el aprovechamiento de esta actividad destaca la veda total de la pesca en la orilla alavesa del río Ebro. Con esta medida, los mandatarios alaveses tienen como objetivo «intentar evitar la propagación de esa plaga a otras aguas alavesas, con especial preocupación por los embalses de la cuenca del Zadorra», y responde a la «presencia contrastada del mejillón cebra en aguas del río [Ebro] en todo el curso lindante con el territorio».

Esta institución señala que «en una primera prueba experimental llevada a cabo en verano de 2007 se comprobó la capacidad infectiva de determinados artilugios de pesca». Para ello, sumergieron en las aguas del Ebro algunos de los utensilios que se emplean. «Se pudo ratificar posteriormente que a ellos se habían adherido larvas de mejillón cebra, por lo que la pesca recreativa se evidenció como un posible vector de propagación de esa especie invasora».

Por ello, la Diputación alavesa ha vedado la pesca en aguas del Ebro, «al menos durante 2008». Además, anunció que van a realizar «nuevos y exhaustivos estudios cuya finalidad será determinar qué prácticas pesqueras y qué modalidades de pesca son realmente peligrosas por su capacidad infectiva, y cuáles son admisibles por su bajo riesgo, así como determinar los protocolos de desinfección adecuados para cada caso particular».

«Todos tenemos que poner de nuestra parte para evitar la propagación del mejillón cebra para evitar que entre en los embalses del Zadorra», señaló el diputado de Medio Ambiente, Mikel Mintegi, que abogó por que tanto las administraciones como los propios ciudadanos se comprometan y colaboren en atajar el avance de esta especie invasora.

La pesca de la trucha

En términos similares se manifestó la diputada de Agricultura, Estefanía Beltrán de Heredia, tras poner de relieve las consecuencias y las pérdidas que puede llegar a ocasionar la presencia de este tipo de moluscos que se adhieren en la infraestructuras hidráulicas y de regadío.

«Es preciso llevar a cabo medidas cautelares, como la establecida, para evitar que el mejillón cebra se extienda a los em- balses», indicó.

Asimismo, mediante la orden foral que han aprobado se ha disminuido el cupo máximo de capturas de trucha aplicado en las zonas libres. Este año se fija el cupo en cinco truchas por pescador y día en los tramos de aprovechamiento libre, mientras que antes era de seis truchas por pescador y día.