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Alpinismo Eslovenos en los Alpes

Apretando en el invierno de los Alpes

Entre otras, Lukic y Grmovsek se hacen en libre y a vista con el couloir norte directo de los Dru (VI, 6+, M8).Y Di Batista y Jakofcic repiten en libre Late to say I am sorry (V, 5+, M7).

Andoni ARABAOLAZA | DONOSTIA

La elite del alpinismo de Eslovenia suma y sigue. Se preparan en sus Alpes, en los de casa, y, una vez puesta la maquinaria a punto, se lanzan a sus homónimas francesas. Es el habitual ida y vuelta de muchos de los representantes de la escuela alpina eslovena. Así pues, durante este invierno, también se les ha visto, nunca mejor dicho, actuar en algunas de las paredes del macizo del Mont Blanc. Y el resultado, como cabía esperar, no deja indiferente a nadie.

Una de las cordadas que ha dejado su impronta en dicho escenario ha sido la formada por Marko Lukic y Andrej Grmovsek. Les va escalar juntos y apretar de lo lindo, pero siempre, tal y como asegura Grmovsek a Gara, intentando aportar algo nuevo al panorama alpino actual: «A nuestro entender, la mejor forma y el mejor estilo para encarar este tipo de empresas es el libre y el a vista. De esta forma, creemos que se dan las directrices para ir evolucionando en nuestro deporte».

La apuesta es clara y concisa. No sólo la reivindican, sino también la ponen en práctica. Sí, no es una farolada que se les ocurre; no, llevan ya años escalando en un estilo impecable tanto en las montañas más cercanas como en las más lejanas. Y ya que en esta ocasión nos centramos en los Alpes franceses, sólo tenemos que recordar la firma que llevaron a cabo estos dos protagonista el año pasado y que la recogimos en estas páginas: la segunda en libre de la Gabarrou-Silvy (950m, 6, M8) de las Aiguilles Sans Nom (macizo del Mont Blanc).

Lukic y Grmovsek saben lo que hacen, y es que la compenetración entre ambos es perfecta: «Ya son años de escaladas juntos, y estamos totalmente acostumbrados el uno al otro; y, claro está, nuestros objetivos de escalada son comunes». Pues bien, a finales de enero, la cordada eslovena se hacía en libre y a vista con el corredor norte directo de los Dru. Es decir, el ya clásico couloir norte pero con más ambientillo, más directo. En términos técnicos, la actividad desarrollada por los eslovenos se resume en VI, 6+ y M8 para los 800 metros de ruta.

Como aquí, en los Alpes franceses el invierno ha sido bastante seco, y es por ello que Lukic y Grmovsek han tenido que tirar mucho de mixto moderno: «El invierno al ser tan seco, las mayores dificultades técnicas no las hemos encontrado en el largo más duro de mixto. Fueron 800 metros de ascensión y en varias zonas nos tuvimos que enfrentar a un buen paquetón de nieve profunda. A todo eso hay que añadirle las cuatro horas para llegar a Grand Montets, después de haber escalado y rapelado el couloir. Todo esto fue lo más duro de la actividad. De hecho, entre aproximación, escalada y regreso fueron 24 horas de actividad ininterrumpida».

Esta línea, que discurre entre el Grand y Petit Dru, como adelantábamos anteriormente, se ha presentado bastante seca en su parte más inferior, pero, como añade Grmovsek, la superior presentaba condiciones muy buenas: «Hemos escalado una de las últimas escaladas mixtas duras que se pueden encontrar en Chamonix. Por lo menos el último tercio de la vía lo considero como la mejor línea de mixto que he escalado».

La ruta discurre por pendientes de entre 60º y 80º y por secciones delicadas de roca, placas precarias, con algún centímetro de hielo y tramos de mixto duro. La segunda parte de la ruta se convierte muy exigente: «Tiene desplomes en mixto, y la defino como el corazón de la línea directa. Son cinco tiradas de escalada perfecta de dificultad. Generalmente, es en este tramo donde otros alpinistas se valen de ayuda artificial; seguramente por la escasez de hielo en años anteriores. La última parte de la vía se caracteriza por pendientes en hielo a 80º».

Así, tras una maratoniana jornada, Lukic y Grmovsek se hacían en libre y a vista con el couloir norte directo de los Dru. No era su única actividad. Grmovsek, por ejemplo, escalaba junto a su esposa Tanja, el último fin de semana de diciembre del 2007, la Scotch on the Rocks (IV, M7, 450 m) en la cara este del Mont Blanc du Tacul. Eso sí, totalmente seca.

Según Grmovsek, ha sido un viaje fructífero, pero adelantaba que todavía queda mucho por hacer en esa zona de los Alpes: «El problema de este invierno es que ha sido muy seco y algunas vías y paredes de hielo y mixto no estaban en condiciones. Pero, sin ningún lugar a dudas, hay algunas grandes paredes verticales muy propicias para la transferencia del mixto moderno, donde la roca es pura roca, sin hielo y nieve, y siempre con las mismas condiciones. ¿Dónde están? Me las guardo para mí».

Toque femenino

Lukic y Grmovsek no han sido los únicos que han querido hincarle el diente a algunas líneas de hielo y mixto representativas de dicha zona. Entre otros compañeros de viaje destaca Tina Di Batista, una de las más activas alpinistas eslovenas y uno de los referentes o estandartes más importantes de la escalada invernal alpina. Pero por razones que muchas veces se hacen incomprensibles, Di Batista pasa casi desapercibida. Tanto en cordada completamente femenina como en mixta, esta alpinista, como lo rubrican sus últimas actividades, ha demostrado ser un verdadero portento.

En esta ocasión, para su visita a las montañas cercanas de la capital de los Alpes franceses, se ataba la cuerda con Tomaz Jakofcic. Ambos, como sus compañeros, repetían también a vista y en libre el couloir norte directo de los Dru por las mismas fechas, pero, como adelanta Jakofcic, «nosotros fuimos recto en el diedro, y nuestro amigos escalaron una fisura unos metros más a la izquierda. Elegimos la línea más obvia; eso sí, un poco más fácil que la que subieron Andrej y Marko».

Ya para el 30 de enero, la cordada se presentaba en la cara este del Mont Blanc du Tacul con la intención de escalar la vía Scotch on the rocks. A pesar de no tenerlas todas consigo, es decir, con mal tiempo se embolsaron la vía de 450 metros de recorrido y dificultades de M7 en mixto. Y sin perder más tiempo, el 9 de febrero firmaban la primera en libre de Late to say I am sorry. Se trata de una línea que se encuentra en la Grande Rocheuse de la Aiguille Verte, abierta en 1994 por Robert Jasper y Jörn Heller. Para tal ocasión, los aperturistas propusieron para su escalada de 1.000 metros una graduación de V 5+ en hielo y VI A2 en roca. En esta ocasión, Di Batista y Jakofcic superaron las secciones de roca en dry, más concretamente los pasajes de la octava tirada, según ellos, en M7: «En el octavo largo hay que hacer una corta travesía sobre hielo muy fino; justo por debajo y por encima de un techo. Eso sí, nos ha parecido más fácil que el largo crucial de Scotch on the rocks, también graduado de M7».

Y para terminar el periplo alpino esloveno, a esta cordada se les unió el también compatriota Miha Valic. El trío iba a por una de las escasas repeticiones de la vía Rêve Éphémère d'Alpiniste (V, 6, 6a, A2, 800 m). Abierta en 1994 por Yvan Ghirardini y Slavko Sveticic, está ubicada a la derecha de la norte de las Grandes Jorasses. Los eslovenos se presentaron ante esta ruta pensando que estaban ante uno de esos cocos de la zona, ya que la primera repetición data de hace tres escasos años: «Esperábamos encontrar tramos muy duros de mixto en libre, pero, al final, lo más duro fue M5+». La vía la escalaron en 11 horas.

tina de batista

A pesar de que, por razones incomprensibles, pasa casi desapercibida, Tina Di Batista es una de las más activas escaladoras eslovenas y uno de los referentes más importantes de la escalada invernal alpina.

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