IBILIZ IBILI | JUAN MARI FELIÚ
La unión de Eldu con Illon por las sierras meridionales de Nafarroa (II)
Dejamos atrás la sierra de Argaraieta y el punto de inicio en la localidad aragonesa de Fago. El siguiente eslabón de esta cadena de travesías por las sierras meridionales de Nafarroa constituye la superación de la gran depresión formada por la foz de Burgi para enlazar, en nuestra progresión hacia el Oeste de Euskal Herria, con las sierras de Illon y, en otra entrega, la de Leire.
Burgi, la villa más meridional del valle de Erronkari, conserva el sabor de las viejas tradiciones repartidas en el pastoreo y la explotación maderera. Los que no eran almadieros talaban las entrañas de los bosques y sacaban la madera valiéndose del río con almadías que trasladaban por los ríos Ezka y Aragón hasta el Ebro.
En esta etapa, en la que salvaremos la principal depresión de la unión de todo el conjunto de las sierras meridionales, el itinerario discurre por diferentes escenarios: desde la Plana de Sasi, lugar de ancestral pastoreo, hasta el magnífico mirador del puerto de Las Coronas, pasando por la cumbre de la Virgen de la Peña y el balcón de la Foz de Burgi, para descender por densos bosques hasta el pintoresco pueblo de Burgi, donde se reinicia la subida hacia la sierra de Illon.
Situados en la Plana de Sasi (1.012 m), el itinerario parte a la altura de la balsa en componente sur. Por una pista hemos de cruzar el altiplano, cubierto de campos de labranza y prados donde hay algunas bordas, la mayoría en estado ruinoso. Por zonas abiertas y con escasos bosquetes de pino silvestre, el recorrido en suave pendiente nos llevará a la visible cumbre de la Virgen de la Peña. Antes de alcanzar el rocoso lomo cimero, en el momento en que la pista describe una amplia revuelta, veremos señalado por un mojón de piedras el recorrido de descenso a Burgi. Un poco más arriba desembocaremos en la pista proveniente del pueblo aragonés de Salvatierra de Ezka.
Una vez en la cumbre (1.291 m), coronada por la ermita, un refugio y la llamada Casa de los Romeros, una calle flanqueada por estos gruesos y vetustos edificios nos llevará a un excepcional mirador sobre la foz de Burgi. Aquí, junto a un vértice geodésico y una torreta de comunicaciones, observaremos el vuelo de las numerosas aves rupícolas que anidan en los farallones rocosos que encierra el paso del Ezka. También podremos disfrutar de una amplia panorámica, desde las erizadas cumbres de Canfranc y Echo hasta las boscosas de suaves perfiles de Kintoa.
Para continuar, hemos de regresar por la pista hasta el desvío antes citado. Los primeros pasos pierden altura por un prado para entrar seguidamente bajo el dosel de un bosque donde prima el pino silvestre. Una vez en una loma, que ofrece un inesperado balcón sobre el bosque, la senda inicia un nervioso culebreo para perder con cierta comodidad la fuerte pendiente. Poco antes de salir al exterior del bosque se cruza una pista de hormigón que sube al cercano repetidor de Burgi. A la altura de unas bordas estaremos de nuevo en la citada pista, y tras pasar junto el monumento al Almadiero y cruzar el Ezka por el soberbio puente medieval, estaremos en Burgi, a la altura de la célebre panadería (650 m).
Con tan sólo cinco minutos de carretera río abajo, a la altura del aparcadero de almadías, tendremos a la derecha el camino que nos llevará por el barranco de Txares, que más tarde se abre cubierto de desperdigados pinos silvestres. El camino, que sigue siendo utilizado por los pastores para ir al alto de Las Coronas para enlazar con la Cañada Real de los Roncaleses, gana altura suavemente hasta alcanzar un collado, donde daremos vista a la carretera del puerto y un tendido eléctrico.
De la senda se pasa a un amplio camino para, finalmente, tras cruzar una zona de bosque, salir a escasos metros del asfalto en el alto del Puerto de Las Coronas (960 m). De nuevo estaremos ante una magnífica panorámica sobre el Pirineo Occidental y sus estribaciones. Mirador-Refugio y aparcamiento en el alto.