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Crisis de Estado en Bélgica

La demanda de más autogobierno de Flandes sigue pese al nuevo Ejecutivo

El acuerdo para formar Gobierno en Bélgica cierra la crisis abierta por la imposibilidad de las formaciones de llegar a un acuerdo en los nueve meses que han pasado desde las elecciones. Sin embargo, la verdadera crisis que padece el Estado belga sigue sin resolverse. La demanda de mayor autogobierno por parte de los flamencos sigue aumentando pese a las reticencias valonas y sigue retrasando una reforma estructural cada vez más acuciente.

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Martxelo DÍAZ | IRUÑEA

La formación del Gobierno belga tras una ardua y complicada negociación -que ha durado nueve meses desde que se celebraron las elecciones- no ha servido para cerrar la crisis que afecta a este estado europeo.

La base del programa de Gobierno que presidirá el democristiano flamenco Yves Leterme será un acuerdo elaborado por un comité de seis «sabios». En una primera fase, el Gobierno federal transferirá una serie de competencias a Flandes en un periodo establecido antes de finales de marzo. El independentista flamenco N-VA, que concurrió a los comicios en coalición con el CD&V de Leterme, considera que este acuerdo es insuficiente y ha mostrado su malestar quedándose fuera de la coalición de Gobierno. «Sólo han cedido en política de vivienda y tráfico», destaca De Zaeger.

Sin embargo,según explicó a GARA Piet de Zaeger, miembro de la dirección del N-VA, esta decisión no implica que la coalición con el CD&V, conocida como Vlaams Kartel, se haya roto. Una situación que únicamente puede entenderse en el contexto de la compleja política flamenca y, por extensión, belga.

Así, la mirada del N-VA, y de la mayor parte de los analistas, se centra en la segunda parte del acuerdo elaborado por los seis sabios -entre los que se incluía el ya ex primer ministro Guy Verhosfatd-. Esta parte del acuerdo también tiene un plazo establecido, el 21 de julio. Para esa fecha tendría que estar elaborada una profunda reforma del Estado belga. Es decir, solucionar el conflicto, cada vez más enconado, que viven flamencos -que reclaman un mayor autogobierno y en el que el planteamiento independentista es cada vez más importante- y valones -que abogan por mantener un Estado federal belga y acusan a sus vecinos de tener una postura insolidaria basada en que Flandes es más rico que Valonia-.

La vista puesta en julio

En cualquier caso, se antoja una tarea casi titánica para afrontarla en cuatro escasos meses. Sobre todo, teniendo en cuenta que este conflicto tiene ya una duración de decenios.

El N-VA se muestra muy escéptico ante las posibilidades de que este proceso pueda llegar a buen puerto y alerta de que puede dirigirse a lo contrario de lo que ellos buscan: a un reforzamiento del Estado federal belga. Por ejemplo, se ha planteado la creación de un insituto federal de inversiones que entraría en conflicto con el ya existente an el ámbito flamenco.

En este sentido, De Zaeger señala que nos encontramos en un escenario en el que el Gobierno federal belga va de crisis en crisis -la próxima parece fijada ya para julio-, mientras que el Ejecutivo de Flandes es estable y activo.

Esta circunstancia podría explicar el auge de las posiciones independentistas entre los flamencos, que ven, cada vez más, al Estado federal como una rémora.

En principio, el N-VA no tomará parte en el Gobierno belga hasta julio. Cuando llegue esa fecha realizará una evaluación de la situación y actuará en consecuencia.

A todo esto, hay que tener en cuenta que en 2009 se celebrarán elecciones en Flandes y el N-VA puede recoger los frutos del descontento creciente en esta nación.

Cinco partidos y buscan más

La coalición que apoyará el Gobierno de Leterme estará formada por cinco partidos. Dos son flamencos, el democristiano CD&V -al que pertenece el primer ministro- y el liberal Open VLD. Los otros tres, valones: el liberal MR, el socalista PS y el ex democristiano o humanista CDH.

Sin embargo, la decisión del N-VA puede provocar la primera crisis en este Gobierno que acaba de nacer, ya que al permanecer fuera del Ejecutivo la coalición pierde la mayoría de dos tercios en el Parlamento.

Una de las opciones que existen es gobernar sin esa mayoría, necesaria para llevar a cabo reformas estructurales. La otra es la de incorporar a más partidos a la coalición. Los socialistas flamencos SP.A y los ecologistas franceses de Ecolo son las dos opciones que se presentan con mayor fuerza. Sin embargo, el presidente de Open VLD, Bart Somers, se ha manifestado en contra de esta opción, según informa la agencia Belga.

El CD&V sigue esperando que sus aliados de la N-VA «recapaciten» y se integren en el nuevo Gobierno, pero el líder de la fomación independentista, Bart de Wever, ha dejado claro en varias ocasiones que no retrocederán en sus posiciones.

El papel de optimista recayó ayer en Elio di Rupo, presidente del PS valón, quien destacó que «vamos avanzando. Todos mostramos buena voluntad, pero norte y sur (Flandes y Valonia) tienen diferentes opiniones en cuanto a la ampliación de la coalición». Está previsto que el nuevo Gobierno de Leterme tome posesión mañana.

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