Ángel Martín González, secretario técnico de Osasuna, le comunicó ayer por la mañana a Enrique Martín Monreal que queda- ba relevado como entrenador del Promesas por «motivos deportivos», tal y como explicó el propio afectado en una comparecencia ante los medios ya por la tarde.

Su sustituto será el hasta ahora técnico del juvenil de División de Honor y tercer entrenador, Miguel Merino, que contará como segundo con Ángel Lekunberri. La dirección del juvenil pasará a recaer en Manolo los Arcos, encargado hasta ahora del fútbol base.

Al parecer, los últimos malos resultados -el filial perdió 5-0 ante el Conquese y empató a cero frente al colista Peña Sport esta pasada jornada- han sido el desencadenante de la determinación tomada por los responsables técnicos del club.

Ello no significa que el mítico ex delantero rojillo quede desvinculado contractualmente de la entidad rojilla, ya que todavía le restan dos años más de compromiso. De momento, al de Arrizabalaga no se le ha comentado si se le va a buscar un nuevo cometido dentro del organigrama o se va a negociar la rescisión de su contrato.

A la vista de tal indefinición, el ex técnico del B se va a coger unas vacaciones, como el mismo confirmó, no sin dejar claro antes que, pese a respetar la decisión adoptada, «quizás se podían haber hecho las cosas de otra manera».

En cualquier caso, no deja de resultar paradójico y hasta cierto punto incomprensible que hace casi un mes Martín renunciara a una oferta llegada desde el Alavés por sentirse comprometido con el grupo de canteranos. «Entonces dejé de aceptar una posibilidad muy buena, pero no me arrepiento de la decisión que tomé en su momento, no me tiré del barco y puedo hablar aquí con la cabeza muy alta, pese a que ahora me vea en esta situación», explicó.

Ahondando en ello, insistió en que durante su andadura con el Promesas «he tenido hasta tres opciones para entrenar a otros tantos equipos de Segunda A, pero en su momento las deseché involucrándome con los chavales. Hasta aquí hemos llegado y no ha habido opción de acabar el trayecto», comentó desilusionado.

Experto en situaciones difíciles

Respecto a las razones deportivas esgrimidas por el club para adoptar su relevo, reivindicó que se encontraba perfectamente capacitado para sacar al equipo adelante, ya que el filial está en puestos de descenso a Tercera. «Si de algo puedo presumir en mi carrera como entrenador es que en situaciones complicados he sabido salir airoso y ahora estoy totalmente convencido de que también lo iba a hacer», señaló.

Una situación muy similar a la que vivió la temporada pasada Osasuna Promesas, si bien entonces no derivó en una determinación tan drástica. «El equipo tiene los mismos puntos que el año pasado en esta misma jornada y estoy convencido de que va a salir a flote», dijo.

Interpelado sobre si el detonante de esta situación había sido el último partido disputado contra la Peña Sport, ante quien empató a cero, aseguró respetar la decisión de la entidad rojilla, «pero pienso que un encuentro no debe ser tan decisivo», matizó. «Puedo tener una opinión diferente al respecto, pero me la guardo para mí», añadió enigmático.

Tras comentar que «esto es fútbol y no te puede sorprender absolutamente nada», Martín asumió que «estoy en este tinglado y no me voy a flagelar por lo que me ha sucedido», si bien no dejó de mostrar su fastidio por lo acontecido «porque no es un plato de buen gusto».

De hecho, recordó que «de siempre he sido un tipo al que le han fastidiado», al retrotraerse a su época como jugador «en la que ya me dieron un fuerte meneo», en referencia a su fichaje frustrado por el Real Madrid, «y ahora, como entrenador, también».

Por último, se ofreció para ayudar en lo que fuera necesario a su sucesor en el cargo, Miguel Merino, «que puede contar con todo mi apoyo y los informes que necesite sobre los contrarios».