Han pasado doce días desde que Zapatero le ganó la partida a Rajoy y ya empiezan los ajustadores del PP a apretarle las tuercas. Con ETA como argumento, claro.

Ayer Cayetano González advertía en «El Mundo» que el presidente ya se ha equivocado a la primera de cambio: «se ha movido en el terreno de las intenciones, de las palabras e incluso de las imprecisiones, como cuando ante el Comité Federal de su partido dijo el pasado sábado que `la práctica totalidad de los españoles quiere vernos juntos a todas las fuerzas políticas en la lucha contra el terrorismo'». Y Cayetano se lo explica: «No, señor presidente, lo que esa práctica totalidad de españoles quiere es ver a los dos grandes partidos nacionales juntos, porque son los que realmente pueden gobernar, porque entre el PSOE y el PP suman, tras el 9-M, casi 21,5 millones de votos y 323 de los 350 diputados que se elegían».

Según el ajustador de la derechona, «lo que pueden hacer otros partidos como ERC -que pactó con ETA en Perpiñán una tregua sólo para Cataluña-, la Izquierda Unida de Llamazares y Madrazo -que han estado apoyando en Mondragón a la alcaldesa de ANV-, o el PNV -que para reformar el reglamento del Parlamento vasco recurrió hace unos días a los votos de una de las franquicias de ETA, el Partido Comunista de las Tierras Vascas-, a los españoles les importa una higa. Por el contrario, podría estar en esa unidad la UPyD de Rosa Díez (...)». Tomen nota los excluidos.

Y después de muchas disquisiciones, Cayetano le muestra el camino a seguir. ¡Y que no se le ocurra desviarse un ápice!: «De sobra sabe Zapatero que, si opta por derrotar a ETA, va a contar con el apoyo, no sólo del principal partido de la oposición, sino de la inmensa mayoría de españoles, incluyendo quienes han sufrido directamente la barbarie (...) Zapatero tiene que aceptar que, tras negociar políticamente con ETA, haber mentido a los españoles cuando aseguró que no habría más contactos y haber intentado arrinconar, dividir y silenciar a las víctimas, ahora le corresponde a él hacer el esfuerzo necesario para ganarse la credibilidad y la confianza, no sólo del PP, sino de muchos ciudadanos. Su victoria no supone un aval para seguir negociando con ETA». Y de resolver los problemas que están a la vista de todos, ¿cuándo hablamos, Cayetano?