Raimundo Fitero
Pasaporte
Todos buscan un pasaporte a la fama, que quiere decir en un lenguaje más cotidiano, a los platós de televisión, que son a la fin y a la postre el lugar desde el que se obtiene la visibilidad necesaria para convertirse en alguien identificable en los restaurantes, y también el campo de trabajo para conseguir los cheques barrados por las actuaciones totalmente deslizantes por el tobogán del monosílabo, la apreciación circunstancial de cualquier acto intrascendente y el preámbulo para la determinación discursiva en pro de la igualdad de oportunidades para todos los chimpancés del circo.
Una variación muy sugerente para la promoción de discos, obras de teatro, libros, o cualquier otro acto es la que utilizan en «El Intermedio», un programa que crece día a día en inertes, en agudeza, y que si quieren los de «Estopa'', es un decir promocionar su nuevo disco, salen y hacen de electricistas en un gag de treinta segundos, y punto. Después, mientras pasan los créditos, en un recuadro, venden su producto, lo mismo que hizo la otra noche Santiago Ramos, anunciando su presencia en un escenario barcelonés haciendo «Ay, Carmela», salió haciendo de médico, hizo un gag, y al final, nos dijo dónde estaba y hasta qué fechas.
A lo que íbamos, ha terminado «Supervivientes», y ha ganado Lucía Lapiedra, una rubia simpática, trabajadora, que viene del cine porno, y que ya había pisado muchos platós de la mano de Pipi, un periodista deportivo que se transformó en famoso al emparentar con Terelu y que desde entonces se ha convertido en un vividor. Bien, ganó, quien ganó, y el programa se ha despedido con un audiencia fuera de lo común. Y, a mi entender, fuera de la lógica de sus méritos y contenidos. Lo cierto es que ha sido una edición muy llevadera, muy física, con detalles de sicología y con algunos famosos o con ganas de serlo que han demostrado tener recursos para este tipo de producciones. Los resultados aseguran una vuelta en unos meses. Se ha consolidado la fórmula. Otra vez queda claro que lo importante es la selección de personal, el control de los avatares y los guionistas. Sin olvidarnos del equipo de presentadores que le dan un porte especial.