«El sionismo es racista y defiende intereses económicos»
Profesor de la UNED en Madrid, Agustín Velloso ha viajado con frecuencia a Palestina para conocer su sistema educativo. Fruto de su experiencia, ha escrito numerosos artículos que ahora aparecen publicados en un libro editado por Bajo Cero, con un título tremendamente claro en lo que se refiere a su posición.
Martxelo DÍAZ |
Agustín Velloso acudió a Iruñea invitado por la organización internacionalista Aldea para presentar su libro y ofrecer una conferencia. Su postura sobre la situación en Palestina es clara: un Estado sionista, Israel, conculca permanentemente los derechos de un pueblo, el palestino, con la ayuda de EEUU y la UE.
La situación en Palestina es la consecuencia de una ideología racista y excluyente, el sionismo.
Estamos ante un conflicto que tiene casi cien años de historia. Lo que vivimos ahora es la consecuencia de cien años de sionismo, que es una ideología racista y excluyente, que, además, defiende intereses económicos muy fuertes. Son un arma del imperialismo estadounidense. Israel vive subvencionado porque sin el dinero de EEUU no podría sobrevivir y, a cambio, realiza las funciones que podría hacer un portaaviones de EEUU.
El Museo del Holocausto está construido sobre una aldea cercana a Jerusalén de la que fueron expulsados todos sus habitantes. Y ahora ese museo recibe premios a la concordia en Europa. Es algo muy significativo.
Recientemente, hemos visto como Israel ha sido el país invitado a la Feria del Libro de Turín y a la de París.
Paradójicamente, muchas de las críticas a Israel se pueden encontrar en el propio Israel más que en EEUU, donde es imposible encontrar ninguna, o en Europa. El periodista Gideón Levy, que es el referente de «Haaretz», previene de los «amigos» que tiene Israel, diciendo que no hacen falta enemigos con esa clase de «amigos». Se refería a Sarkozy, a la reciente visita de Merkel o a Gordon Brown, que están contribuyendo y potenciando el desastre que se vive en Palestina.
El caso de Israel es el paradigma de la hipocresía de organizaciones como la ONU, que es incapaz de hacer que resoluciones como la que reclama el retorno de los refugiados de 1948 o la que exige en el fin de la ocupación de Gaza y Cisjordania en 1967 se apliquen.
El término hipocresía es realmente un eufemismo. Las dos condiciones que puso la ONU para que Israel fuera miembro de esta organización fueron que cumpliera con el plan de partición de 1947 -que establecía que el 55% de la tierra para ellos y el 45% para los palestinos, que ya es algo injusto-, pero se quedó con el 65%, que luego ha ido ampliando con los robos hasta llegar al 80% actual. Junto a ello, se le exigía el retorno de los refugiados de 1948. Nada de eso se ha cumplido. Contrasta con la invasión de Irak por parte de Kuwait, donde al día siguiente estaban las tropas estadounidenses bombardeando Bagdad.
Sin embargo, los israelíes en 1948 expulsan a 750.000 palestinos, que actualmente se han convertido en cinco millones de refugiados, y 60 años más tarde ni un refugiado puede volver a su casa. No es que sea hipocresía, es algo peor.
Pero a Israel se le permite actuar libremente para sojuzgar al pueblo palestino, rayando el escándalo en el caso de Gaza.
La legislación internacional es clara: la potencia ocupante es la responsable de lo que ocurre en el territorio ocupado. Pero en este caso, también son muy listos. Se han retirado de Gaza, en teoría. Antes estaban en pleno centro de Gaza y ahora se han replegado. Pero siguen controlando el espacio aéreo y el mar. Los pescadores no pueden salir a pescar. Y los seis puntos de salida de Gaza están controlados por Israel. El truco de decir que se han retirado no les exime de su responsabilidad, porque la legislación internacional define la ocupación como el control de un territorio.
Lo mejor del asunto es que ni siquiera cumple con el mínimo de que la población civil tenga garantizado sus derechos básicos, sino que encima les tiene bloqueados. Es un caso único en la historia mundial en el que una población ocupada está siendo cruelmente castigada.
Es parecido a lo que pasa con la FINUL en Líbano, que es otro cuento chino. ¿Cómo se puede poner una fuerza de la ONU en el territorio de un país agredido [Líbano] en vez de en el del agresor [Israel].
El resultado en Gaza es que la gente muere a diario por el bloqueo. Si tienes una peritonitis y no te dejan cruzar en la frontera, te mueres en la frontera. Hay unas 50 personas que han fallecido de esta manera. Y le puede tocar a cualquiera.
Están empleando las necesidades básicas de la población como arma de guerra.
Efectivamente, así es. La política sionista es como la de cualquier otro colonizador, pero con la diferencia de que los demás colonizadores se apropiaban de la tierra para estar un tiempo. Éstos no, quieren la tierra pero sin la gente. Pero como los palestinos tienen la funesta manía de permanecer vivos y quieren vivir en su tierra, la opción que han tomado es la de hacerles la vida imposible. Actúan como la Policía que quiere desalojar una casa okupa y corta el agua y la electricidad.
Cuando tiraron la valla de Rafah, cientos de miles de palestinos salieron de Gaza a Egipto. Era un momento para decir «mira cómo huye la gentes del islamismo y de los imames». Pero volvieron todos. Eso sí, volvieron con cigarrillos, con gasolina, con pan, con agua y con medicinas. Es evidente que quieren vivir en su tierra.
Que muera un bebé de un soplo en el corazón porque han cerrado la frontera no es una noticia para abrir los periódicos. O que hayan arrancado 12.000 olivos. No somos conscientes de qué suponen esos 12.000 olivos, pero son el medio de vida de 1.000 familias. Y cada una de estas familias está compuesta por seis u ocho hijos. Pues los sionistas han arrancado 1.000.000 de olivos en Palestina. Que arranquen esos olivos no es noticia. Pero si quitan unos olivos aquí, cierran la fr0ntera allí, cortas el agua, las medicinas no llegan y los niños no pueden ir a estudiar vemos que es algo totalmente premeditado.
En un territorio como Cisjordania [con una extensión que es aproximadamete la mitad de Nafarroa], hay más 500 checkpoints o controles. La vida cotidiana es imposible. Vas con tus tomates a venderlos a Jerusalén y lo que tendría que ser un trayecto de veinte minutos se convierte en un viaje de tres horas bajo el sol. No hay tomates que aguanten.
El objetivo de toda esta política es claro: hacerles la vida imposible a los palestinos. Es evidente que es una política racista y basada en la dominación no sólo ideológica sino económica.
Israel se define como un Estado judío únicamente para judíos. Todos los demás le sobran. Por eso, les vale cualquier medio para expulsar a los árabes: les matan, les asustan, les quitan el trabajo, les roban el agua,... Lo que sea.
Si tú vives en Jerusalén y te casas con una chica de Ramallah, te imponen que tienes que vivir en Ramallah. Te impiden entrar en Jerusalén. Son apenas quince kilómetros pero están separados por un muro. ¿Qué pasa? Que en una ciudad donde antes había 200.000 palestinos, ahora hay 150.000. No es una noticia de primera página, pero es algo que sucede continuamente.
Esta es una idea que ya la dijo el propio David Ben Gurion [primer presidente del Estado de Israel]: «Hay que ir cogiendo cabra tras cabra, árbol tras árbol, dunam [medida tradicional que equivale a 1.000 metros cuadrados] tras dunam. hasta que se vayan». Esto lo dijo en 1948 y seguimos igual.
Está claro que los sionistas han avanzado mucho desde que empezaron en 1900 con una emigración de cuatro pasmados. En 1948 se hicieron con una parte importante de Palestina, en 1967 c on otra parte y aún siguen con la misma política.
Otra parte del drama de los palestinos es su dirigencia, con una Autoridad Palestina carcomida por la corrupción y más preocupada por negociar a la baja en Annapolis para mantener sus privilegios que por el bienestar de su pueblo.
El problema es que ha habido 50.000 negociaciones como la de Annapolis. Se van a acabar las ciudades del mundo para que haya negociaciones sobre los palestinos: Annapolis, Taba, Sharm el-Sheikh, White River, Camp David, Madrid, Oslo,... Conversaciones ha habido muchas, pero la historia demuestra que ninguna vale para nada. No es posible que haya 80.000 negociaciones y que no se cumpla ni la ley internacional. Annapolis es una farsa. Se intenta mantener la ilusión de que hay unas negociaciones. Además, no tocan los temas claves, como el de los refugiados.
En cuanto a la dirigencia, ocurre que, como con otros movimientos de liberación, traidores y vendidos hay en todas partes. La dirigencia es tan mala que los propios palestinos decidieron echarles y poner a Hamas. Es sospechoso que al dirigente de una nación que intenta conseguir su liberación le dé palmaditas en la espalda Bush. Yo estaría un poco preocupado.
La prueba está en que los dirigentes palestinos que no han aceptado eso o han sido asesinados, como Abdelaziz Rantisi y Ahmed Yassin [los dos fundadores de Hamas], o están en la cárcel como Ahmed Sa'adat [secretario general del FPLP]. Si te da una palmadita en la espalda Bush es que no eres un verdadero líder del pueblo palestino.
Pero esto es una historia vieja. Al bisabuelo del actual rey de Jordania, Abdallah, le mataron de un tiro en al-Aqsa porque se había aliado con Ben Gurion para repartirse Jerusalén y Palestina, que no era suya. En 1951 llegó un miembro del Hamas de la época y le pegó un tiro. Ya hubo traidores en 1948, con gente que vendió tierras.
«Que muera un bebé en un `checkpoint' por desasistencia sanitaria no es noticia, pero es algo que está ocurriendo en Palestina »
«Los sionistas tienen un objetivo: quieren la tierra, pero sin palestinos. Por eso, les hacen la vida imposible para conseguir que se marchen»
«Conversaciones como las de Annapolis ha habido muchas, pero la historia demuestra que ninguna vale para nada»
«Es sospechoso que al dirigente de una nación que intenta conseguir su liberación le dé palmaditas en la espalda George Bush»
Una de las principales defensas de los sionistas cuando se denuncia lo que están haciendo en Palestina es tratar de descalificar a los autores de esas críticas llamándoles antisemitas, una etiqueta que no se corresponde en absoluto con la realidad.
Saben perfectamente que no tiene nada que ver. Es una contraditio in termini. Los semitas son los árabes y los judíos. No se puede ser antisemita si se apoya a los árabes. Es un truco bajo, pero que les funciona. Equiparan antisemitismo y antisionismo cuando son dos cosas diferentes. No es que lo diga yo, es la propia ONU la que define el sionismo como una forma de racismo. Por lo tanto, es perfectamente condenable. Es que tendría que ser casi obligatorio defender a los palestinos cuando vemos que tenemos un Estado sionista que mata a niños en la cuna y que deja a gente sin comer. El Estado sionista es un Estado que obliga a 1,5 millones de personas a vivir hacinados en Gaza y que tienen que padecer cómo pasan volando casi a la altura de los tejados aviones F-16 para hacer ruido y volverles locos. Hay estudios siquiátricos que dicen que el 35% de la población de Gaza tiene problemas de carácter nervioso. Es un milagro que en las condiciones en las que se encuentran no estén enfermos el 85%. Eso es el sionismo. ¡Como no vamos a ser antisionistas!
A la hora de defender la existencia del Estado de Israel se utiliza el argumento de que es una compensación por el Holocausto cometido por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
El Holocausto fue un crimen tremendo, pero los palestinos no fueron responsables de ello. Si los alemanes perseguían a los judíos los que tendrían que responder serían los alemanes. ¿Por qué no exigen que la compensación por el Holocausto sea una parte del territorio de Berlín en vez de quedarse con Palestina? En cualquier caso, las reclamaciones tendrían que ser de las víctimas y de sus descendientes0, no del Estado de Israel que en esa época ni siquiera existía.