Una vez más, no ha podido ser. Ninguna de las cuatro expediciones que intentaban un ochomil en invierno durante esta temporada ha conseguido su objetivo. Ninguno de los grupos ha podido con las extremas condiciones que les ha deparado esta estación. La expedición que más cerca ha estado de tan preciado «premio» ha sido la comandada por Simone Moro. Junto a Shaheen Beg y Qudrat Ali, estuvo peleando durante dos meses y medio en el Broad Peak, y en el último intento Moro se tuvo que retirar cuando sólo le quedaban 250 metros para conseguir la cima. Así pues, una vez más, los ochomiles del Karakorum se quedan vírgenes en invierno, así como el único ochomil del Himalaya, el Makalu.

En la siguiente entrevista, el alpinista italiano analiza para Gara su actividad en el Broad Peak así como el actual panorama de los ochomiles invernales.

A diferencia de otros años, en esta temporada invernal ha habido más grupos intentado ochomiles en invierno: Simone La Terra (fuera de la temporada invernal oficial) en el Shisha Pangma, el grupo de Nives Meroi en el Makalu, los kazajos con Denis Urubko, también en el Makalu; y tú, con Shaheen Beg y Qudrat Ali, en el Broad Peak. ¿Qué te ha parecido que haya habido «tantos» grupos intentando ochomiles en invierno?

Seguramente, mi primera invernal al Shisha Pangma en el 2005 y el intento al Broad Peak del año pasado han motivado a montañeros que creen que escalar ochomiles en invierno es realmente posible y una verdadera aventura. Yo he realizado diez expediciones invernales, y probablemente haya influenciado en algo a la comunidad montañera.

Menos los kazajos, todos erais italianos. ¿Qué pasa para que los italianos apuesten por este tipo de expediciones?

La influencia a la que hacía mención seguramente haya sido más fuerte en mi país que en el exterior.

De las cuatro expediciones, ninguna ha logrado la cima. Realmente, impresiona la dureza del invierno en esas montañas...

El pasado invierno fue el más duro de los últimos 30 años en el Himalaya y el Karakorum. Estaba muy cerca de la cima, y decidí parar sólo por motivos de seguridad, no porque no pudiera seguir las dos horas restantes que tenía por delante. Las otras expediciones se retiraron por el mal tiempo o por las condiciones síquicas. Creo que ha sido una coincidencia natural el hecho de que haya sido un invierno muy duro. El calentamiento global existe desde hace unos años, y supongo que el invierno 07/08 ha sido duro simplemente por casualidad. También me gustaría recordarte que el anterior invierno también fue terriblemente duro en el Broad Peak. Espero que la temporada que viene sea más benigna.

Tú has sido el que más cerca has estado de la cima. ¿Qué supone eso para ti?

Estuve a punto de llorar cuando decidí darme la media vuelta. Eran las dos de la tarde y estaba a 7.800 metros; según mis cálculos, sólo me quedaban dos horas para pisar la cima. Demasiado tarde para un retorno seguro a mi último campo de altura. En el camino a cima crucé varias grietas, y tuve que evitar caer en una de ellas. Sabía que necesitaba luz y no oscuridad para seguir con la actividad. Así, empecé a bajar sólo para evitar tomar riesgos estúpidos. La pena fue que me quedaban dos horas a cima y el camino era realmente fácil.

El año pasado me dijiste que la experiencia fue muy bonita y muy buena. ¿Y la de este año?

De nuevo, otra aventura y experiencia maravillosa. Soy probablemente el montañero con más expediciones invernales: diez en diferentes lugares.

A pesar de los vientos huracanados y el mal tiempo, has aguantado dos meses y medio intentando la montaña. ¿De dónde sacabas la fuerza y la motivación para seguir?

Si te digo la verdad, me siento más cercano de los alpinistas de la ex Unión Soviética que de los europeos. Suelo estar muy motivado en este proyecto, y es que me preparo para aguantar 3-4 meses en lugares fríos. Mi intención era permanecer en el campo base hasta el 21 de marzo (final del invierno), pero lo tuve que dejar porque mi permiso de escalada expiraba y no podía extenderlo. Estaba preparado para otro intento después del realizado el 8 de marzo. Los actuales alpinistas no son tan pacientes como para esperar y esperar meses antes de alcanzar el objetivo. Ellos siempre tienen prisa para volver a casa o para ir a otra montaña. Están obsesionados con coleccionar montañas. A mí me van más aspectos como la fuerza física y la mental, es decir, el poder que dan ambos aspectos.

En el último intento todavía seguías al 100% de fuerzas. ¿Cómo fue la última jornada?

El tiempo era perfecto y estaba realmente preparado. Después de cinco horas de escalada, Qudrat Ali paró porque estaba muy cansado y tenía los pies fríos. Shaheen continuó otros 30 minutos detrás de mí. Se sentía cansado y se paraba. Yo seguí a mi ritmo, y cuando decidí darme media vuelta, sólo por motivos de seguridad, mi compañero ya estaba exhausto. Tras la expedición, Shaheen estuvo tres días en el hospital recuperándose del esfuerzo. Me dijo que no había visto jamás a un escalador foráneo tan fuerte en esas altitudes y tan duro como yo. Él ha escalado el K2 sin oxígeno y otras altas montañas, por lo que estoy muy orgulloso de sus palabras.

Como bien has dicho, estaba claro que, a pesar de estar tan fuerte, no podías seguir a cima aunque te faltaban 250 metros. ¿Qué sabor se te quedó cuando te diste media vuelta?

Prefiero no pensar en esos 250 metros. Lloro sólo con pensar que después de 22 años he estado tan cerca de la primera invernal a un ochomil de Pakistán. Nuestra expedición ha sido la más ligera de estos últimos 22 años.

¿Ha habido algún fallo para no conseguir la cima o las condiciones del tiempo lo han hecho imposible?

Tenía que cruzar un gran número de grietas en la parte superior, y me llevó mucho tiempo encontrar una ruta segura. Y, como adelantaba, eran las dos de la tarde cuando llegué a los 7.800 metros. Entonces empecé a pensar en mi pasado y futuro. Tenía que tomar una decisión por mi seguridad y evitar ser un heroico kamikaze.

Dos años consecutivos intentado el Broad Peak en invierno y todavía no has conseguido la cima. Alguien puede hablar de fracaso, ¿tú qué le dirías?

Estar en casa, viendo la televisión o internet o haciendo otras actividades más cómodas es lo más fácil. Los grandes aventureros son personas a las que no les preocupan las opiniones de los demás y siguen sus sueños. Soy un hombre de acción y no de estar sentado. Estoy acostumbrado a la polémica, y las críticas generalmente suelen llegar de personas celosas que no son suficientemente inteligentes como para analizar las cosas que están detrás de las evidencias. Messner fracasó en un 50% de sus expediciones, y se convirtió en el mejor.

Quizá, para la comunidad montañera fracasé, pero no se da cuenta qué fuerte tiene que ser decidir darte la vuelta cuando, después de dos meses y medio de lucha con la montaña y tras superar todas las dificultades técnicas, sólo te quedan 180 minutos de caminata fácil a cima.

¿Te quedan ganas por luchar de nuevo en ese ochomil en invierno?

Claro que sí. Seguramente volveré el próximo invierno. Ya lo escalé en el 2003 en un estilo rápido; concretamente en 27 horas campo base-cima. Pero no busco coleccionar montañas sino escalar en diferentes estilos.

A pesar de estar en el 2008, nadie ha subido a un ochomil del Karakorum en invierno. Y eso que ha habido muchos intentos. ¿Qué está pasando para que se dé esa realidad?

El Karakorum es más duro que el Himalaya. El clima y las condiciones naturales y logísticas son más duras. Pero pronto alguien se hará con la primera cima, y espero ser uno de ellos.