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Crónica | demanda de ilegalización del AKP turco

Amenaza de «golpe judicial» en una «república de jueces»

Luego de cuatro golpes militares desde 1960, otro Gobierno corre el riesgo de ser derrocado en Turquía, aunque esta vez, por la justicia.

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Hilmi TOROS Agencia IPS

El fiscal general, Abdurrahman Yalçinkaya, ha pedido al Tribunal Constitucional que proscriba al oficialista AKP, islamista, y que inhabilite para el ejercicio de la actividad política por cinco años al presidente Abdulllah Gül, al primer ministro Recep Tayyip Erdogan, y a otros 69 dirigentes de la agrupación.

Algunos analistas consideran que se trata de un intento de dar «un golpe judicial» en una «república de jueces».

El fiscal les acusa de intentar reemplazar al Estado secular, que tiene una tradición de 85 años, por uno de tipo confesional. El oficialismo lo niega.

La actitud de Yalçinkaya sacudió al país y levantó un coro de críticas en Turquía y en el exterior. «¿No sería más fácil prohibir la democracia?», escribió el columnista Taha Akyol en el diario «Milliyet». El holandés Joost Lagendijk, presidente de la comisión del Parlamento Europeo encargada de las relaciones con Turquía, calificó la acción de «incomprensible».

La petición de Yalçinkaya se produjo días después de que el Constitucional aceptase analizar si la derogación de la prohibición de usar el velo islámico en la universidad, auspiciado por el AKP y aprobado por el Parlamento, viola el artículo de la Constitución que señala como inmodificable el carácter secular de la república.

«Actúan como imanes»

Según el fiscal, el AKP es «un semillero de actividades antiseculares», dispuesto a introducir la Sharia usando a la democracia como herramienta y, en caso de fracasar, recurrir a la Jihad.

Entre los cargos incluidos en la acusación, basada en declaraciones y medidas adoptadas desde 1981, mencionó la separación por género en algunos lugares públicos, intentos de restringir la venta de bebidas alcohólicas y permitir el uso del velo en un hospital.

Para el fiscal, algunos dirigentes del AKP están «actuando como imanes» y los islamistas se «infiltran» en la estructura del Estado. Contradiciendo las declaraciones de Erdogan respecto de que había modificado algunos de sus puntos de vista islamistas del pasado, Yalçinkaya incluye una declaración del primer ministro en la que afirmó que «no cambiaré, no puedo hacerlo». También asegura que cuando se desempeñó como alcalde de Estambul, fue el imán de la capital. Incluye otra cita, según la cual, «la soberanía no pertenece al pueblo, sino a Dios. El secularismo puede dejarse de lado si el pueblo lo desea».

Erdogan, que estuvo cuatro meses en prisión acusado de incitar al odio racial por un poema islámico que leyó en público, negó los cargos de antisecularismo. «Esto constituye un ataque a la voluntad nacional», afirmó.

Desde su primer éxito electoral en 2002, el AKP ha incrementado su presencia parlamentaria: ahora cuenta con 340 de los 550 escaños, lo que le permite aprobar todas las leyes que sólo requieran una mayoría simple.

El partido también ganó la presidencia en 2007, pese a la objeciones de los militares, de fuerte tradición secular. Hasta el momento se han mantenido en silencio, aunque es conocida su posición favorable a intervenir para proteger el orden secular.

Esto deja a los magistrados y los académicos, designados por los gobiernos seculares anteriores, como efectivos oponentes al supuesto intento de introducir valores religiosos en la sociedad. Pero las vacantes que se produzcan en los tribunales y la dirección de las universidades serán cubiertas por el presidente Gül.

El abogado Koray Argun dijo a IPS que el caso es «fuerte y está bien documentado. Con su actual configuración, el Tribunal Constitucional podría desplazar al Gobierno. Eso sería menos probable en el futuro, cuando cambie su composición». Ocho de los once miembros fueron designados por el ex presidente Ahmet Necdet Sezer, acérrimo secularista que vetó leyes aprobadas por el AKP.

Argun considera que si resulta proscrito se creará uno nuevo en su lugar, como ocurrió en el pasado cuando otras dos agrupaciones islamistas fueron declaradas ilegales por ser antiseculares. El nuevo partido podría continuar funcionando en el Parlamento y formar Gobierno, aunque sin la participación de los dirigentes inhabilitados como Erdogan. Gül podría continuar en la presidencia, ya que goza de inmunidad.

Turquía tiene el mayor «cementerio de partidos políticos» del mundo. Desde 1963, han sido proscritos 24.

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