El presidente de Eroski, Constan Dacosta, afirmó ayer que la compra de Caprabo no ha frenado el ritmo de expansión del grupo, que el año pasado aumentó un 9% sus beneficios, hasta alcanzar los 207 millones de euros. Asimismo, las ventas, crecieron un 19% hasta los 7.642 millones, un resultado que atribuyó a «una acertada gestión y una estrategia de crecimiento ambiciosa».

En la presentación de estos datos en Madrid, Dacosta reiteró que el precio de la adquisición de Caprabo, más de 2.000 millones de euros, fue «justo» y que la operación, «inesperada pero decisiva, ha demostrado ser rentable por su complementariedad territorial», ya que ha permitido dar al grupo una presencia destacada en Barcelona y Madrid. Esta nueva presencia supone un tercio de los ingresos del grupo.

El presidente de Eroski explicó que parte de la operación se financió con capital propio, derivado de la cuarta emisión de aportaciones desarrollada en 2007 hasta los 300 millones de euros con un interés del 6,86%, y con deuda externa, que irán reduciendo con desinversiones en los centros comerciales que Eroski promueve.

Destacó la capacidad logística de Eroski con 27 plataformas propias, tras la incorporación de las nueve con las que contaba Caprabo.

De cara a 2008, Dacosta prevé una evolución de los resultados similar a los de este ejercicio, con nuevas aperturas y el objetivo de consolidarse como un modelo de empresa «singular», como cooperativa mixta de trabajadores y Eroski SA en el que se integren los más de 50.000 empleados actuales y realizar unas inversiones cercanas a los 600 millones de euros.

No obstante, reconoció que este modelo, en el que están trabajando para dotarlo de una formula jurídica-legal, se implantará «sin precipitaciones ya que implica un cambio de mentalidad del trabajador y de sus condiciones laborales al pasar de trabajadores por cuenta ajena a trabajadores autónomos dependientes».

De trabajadores a socios

Por otro lado, el año pasado Eroski invirtió 601 millones de euros, con los que abrió 169 establecimientos y puso en marcha plataformas logísticas como las de Madrid y Baleares.

Tras la operación de Caprabo, el grupo, a cierre de 2007 está formado por 2.441 establecimientos. La sede de Caprabo continúa en Catalunya y su enseña se mantendrá tanto allí como en Madrid, mientras que se cambiará paulatinamente en el resto de la red a lo largo de 2008. En cuanto al empleo, el año pasado, Eroski creó 2.634 nuevos puestos de trabajo, un 7% más que en el anterior ejercicio, a los que se añaden las 15.000 personas de la plantilla de Caprabo, con lo que el grupo de distribución cuenta ya con 50.587 empleados. De ellas, a cierre de 2007 un total de 13.331 personas eran socios propietarios. Según los planes del grupo, durante los próximos años «todas las personas que forman parte de Eroski podrán serlo, fruto de la paulatina transformación de las sociedades anónimas que lo integran en sociedades cooperativas mixtas». Como ya publicó GARA, los supermercados se agruparían en una cooperativa y los hipermercados en otra. A su vez, los trabajadores serían socios de esas cooperativas directamente.

Malestar en el comité

El mismo día en que Eroski presentaba estos datos en Madrid, el comité de empresa de Caprabo de Nafarroa denunció la actitud de la dirección del grupo, al que acusó de no informar de las reuniones que ha empezado a realizar con los responsables de las tiendas para presentarles el proyecto cooperativo que quiere implantar.

En Nafarroa, Eroski se hizo con 29 supermercados de Caprabo en Iruñea, Peralta, Tutera y Corella, y con una plantilla actual de 850 personas.

El comité aseguró que ha recibido informaciones al respecto por otros cauces ajenos a los establecidos legalmente porque «el grupo está intentando ningunear al comité desde el inicio». «La dirección de Eroski pretende imponer su modelo de empresa saltándose todos los cauces que existen, empezando por el de la información al comité de empresa. Por ello, no descartó movilizaciones para hacer cambiar de actitud.