GARA > Idatzia > Saskibaloia

Si se quiere estar en la tanda de honor, hay que saber sufrir en las tostas

Imanol AMIANO

Con Neven Spahija cual Juan Mari Lujanbio, el ocho con baskonista -desaparecido Teletovic y cuasi testimonial Jasaitis, acompañando en el banco fijo a Lucho y Ander- al grito de «¡atrás!, ¡atrás!» (y seguro, otras cosas que quedan en la trainera) el Tau se hizo con la primera regata. Costó, vaya si costó, pero la mínima ventaja lograda en el tercer largo por los gasteiztarras bastó para acercar lo que podría ser la cuarta presencia consecutiva en la tanda de honor de la Euroliga.

Saber que Olympiacos había robado el oro de Moscú, en contra de lo que podría pensarse, no sentó nada bien. Y es que esto parece una conjunción astral. Con medio pabellón haciendo las cuentas de la lechera -«con el shrek ateniense fuera, si Olympiacos le da paz y amistad al otro ogro, el ruso, podemos con los griegos en semis y luego Siena o Maccabi en la final..»- la chavalería sub'22 partisana le mojaba la oreja al Tau.

Los Balcanes son un nido de scouters y cada partido de Euroliga es una nueva oportunidad para mostrarse al mejor postor. Y es que aunque en Serbia no están para bromas, ese punto de chulería sí les queda. ¿Que los Warriors se llevan a Perovic? Pues nada, la «k» por la «r» y que juegue Pekovic. ¿Que viene el PAO y arrambla con el montenegrino? No pasa nada. ¡Por consonantes va a ser! Así, derrochando talento y ganas, se habían calzado al ogro verde.

En el Pionir esperan ahora los 7.000 colegas de Tepic, Borovnjak, Velickovic, Tripkovic, Vitkovac y compañía. Pero si se quiere estar en la tanda de honor, hay que saber sufrir en las tostas.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo