IPURUA | Victoria azulgrana
El Eibar se toma la revancha cortando la racha albiazul
Sólo siete puntos separan de la permanencia matemática al Eibar, que ayer devolvió el mal trago de la primera vuelta al Alavés. El cuadro albiazul ve cortada su racha, pero se mantiene fuera del descenso.
EIBAR 2
ALAVÉS 0
Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR
No podía llover a gusto de todos y esta vez fue el Eibar al que le tocó regar el camino que le debe conducir a la permanencia. Una maratón para la que sólo necesita sumar otros siete puntos.
Bastante más le queda por delante al Alavés, que con su derrota en Ipurua vio cortada la buena racha que le había llevado a puntuar en las cuatro jornadas anteriores. Dentro de lo malo, los gasteiztarras permanecen fuera de los puestos de descenso, gracias al empate del Nástic. Pero si Albacete y Poli Ejido siguen hoy la estela del Xerez y consiguen la victoria, la jornada puede acabar con cinco equipos, incluyendo el albiazul, en solo tres puntos.
Lo peor, junto a esa vidilla que pueden ganar algunos rivales directos, fue la triste imagen que ofreció el Alavés en la segunda parte en la que un rival mínimamente acertado podía haber conseguido un marcador de escándalo.
Para llegar a esa situación, en la que el Eibar esperaba plácidamente el pitido final y los albiazules combinaban nervios en defensa con una absoluta falta de profundidad en ataque, el encuentro tuvo que pasar antes por un par de momentos fundamentales: la expulsión de Raúl Sánchez y el penalti a Del Olmo.
Hasta entonces, el partido había discurrido como se preveía, con el Alavés preocupado por proteger a Bernardo y los armeros incapaces de superar el cerrojo. Es decir, un típico derbi sin demasiado juego ni ocasiones. Alguna hubo, como un zapatazo de Toni Moral desde fuera del área, sendos remates de Altuna y Del Olmo, o un disparo fatal de Sergio Rodríguez, pero el gol se vislumbraba caro.
Al menos hasta que, en el minuto 29, Raúl Sánchez rompió el partido, al propinar un codazo a Biel Medina dentro del área. Lo vio el asistente y Del Cerro Grande no tuvo dudas, agravando los problemas un Alavés que, sólo un par de minutos antes había tenido que sustituir a Natxo Garro, lesionado.
La puntilla
Mientras José María Salmerón intentaba recomponer su equipo, llegó la segunda jugada clave del partido. El dudoso penalti de Pablo Casar a Del Olmo. Haciendo frente de nuevo a la peculiar maldición azulgrana, Asier Goiria se encargó de transformarlo -y por partida doble, después de que el árbitro ordenara repetir el lanzamiento-, dejando el partido sentenciado. Porque el palo resultó letal para los alaveses, por muchos minutos que quedasen por delante.
El Alavés ofreció una imagen descorazonadora durante buena parte del segundo tiempo en el que, si el Eibar hubiera estado un poquito más acertado, podía haber firmado su segunda goleada consecutiva en Ipurua. Tuvo que conformarse con un segundo gol -Goiria aprovechó un error de Pablo Casar para servir el tanto de Del Olmo- y casi estuvo a punto de lamentarlo.
Por un lado porque, pese a que claridad de ideas y profundidad brillaban por su ausencia, el Alavés fue capaz de generar algunas jugadas de peligro en las inmediaciones del área local, sobre todo con acciones a balón parado. Y por otro, porque Biel Medina correspondió lo sucedido en el primer tiempo con un error que también le supuso la roja directa. Afortunadamente para los armeros, la jugada llegó en el último suspiro y su rival no tuvo opción de aprovecharlo.
El Eibar celebró a lo grande una victoria que le deja la permanencia a un par de pasos, aunque Javier Mandiola dejó claro que no será momento de festejos hasta que no se alcancen los 50 puntos.
«La victoria es importantísima, pero todavía tenemos que seguir ganando -recordó-. Si ahora nos creemos que hemos hecho algo y nos relajamos, vamos a andar mal, no podemos perder el norte. Si hemos llegado a estos 43 puntos es por algo y ahora no hay que relajarse, sino mantener esa línea hasta alcanzar los cincuenta», subrayó.
En lo que respecta al choque, el técnico destacó que su equipo había ofrecido «pelea y trabajo, y además hemos tenido más acierto que el rival, pero tampoco considero que hayamos estado especialmente brillantes». Manix, de hecho, reconoció que su equipo fue incapaz «de matar el partido en el segundo tiempo, aunque hemos tenido esa posibilidad», lo que impidió vivir el choque «con tranquilidad» hasta el final. «Si en la falta de los últimos minutos nos hacen gol, habríamos acabado pidiendo la hora», admitió.
José María Salmerón lamentó las dos acciones fundamentales del primer tiempo. «Teníamos el partido controlado, el Eibar no tenía ocasiones. Hasta que ha llegado la expulsión -que consideró «un error» de Raúl Sánchez por «entrar en la provocación» de Biel Medina- y el penalti». Pese al disgusto por la derrota, el técnico albiazul apostó por «aprender de los errores y aprender que hay que pelear cada partido como si fuera el último».
A.U.L.