«Éste no es un método sólo de los países pobres. En Suecia es ya una rutina»
Francesa de nacimiento y colombiana de adopción, preside desde 1994 la Fundación Madre Canguro, con sede en Colombia, que ayuda a divulgar este método en cuya evaluación científica participó hace años. Hace unos días impartió una conferencia en Cruces.
¿Por qué surge la necesidad de aplicar este método «piel con piel»?
La idea principal es que las madres y los padres recuperen su papel protagonista con aquellos bebés nacidos con bajo peso o prematuramente. En el mundo nacen cada año 18 millones de niños prematuros, de los que cuatro millones mueren en el primer mes. Observamos que, actualmente, hay un aumento de prematuros sobre todo en los países desarrollados, por causas como la fertilización in vitro, el tabaco entre las mujeres, el aumento en la edad de tener el primer hijo, el aumento de los embarazos adolescentes... Es decir, cada vez hay más candidatas para el Método Madre Canguro.
¿Qué beneficios aporta este método?
Estamos ante un método que ha sido evaluado y del que se han hecho numerosos estudios. Lo primero es que con este método no hay un mayor riesgo de muerte. El crecimiento, se ha visto, es también adecuado. La madre hace las veces de incubadora manteniendo la temperatura del bebé, que está más cómodo, se duerme incluso antes; además, raramente se presentan el llanto y la irritabilidad. Pero, sobre todo, hacemos que las mamás se sientan más competentes, además de facilicitar un mejor ambiente para el niño.
Aunque su puesta en práctica pueda paracer sencilla, no lo es tanto.
Es que esto no es un método natural. Ni es sencillo ni es fácil. Es complicado y da trabajo. Pero es necesario cambiar la manera en la que cuidamos a los bebés de bajo peso. A pesar de que una madre esté cansada, si tú le dices que su bebé la necesita, va a decir que sí. Porque sabemos que tenemos que actuar así para que luego a esos niños las cosas les vayan bien de adultos.
¿Es complicado para los centros hospitalarios aplicar este método?
De lo que se trata aquí es de empoderar a las familias en el cuidado de sus hijos, sobre todo prematuros. Esto no es cosa sólo de las madres colombianas. El método Madre Canguro no es un método de los pobres, que se aplica en Colombia o Mozambique. En Suecia ya es una rutina; y si lo es allí, por qué no en España o Francia. El dinero no es ningún problema, no es una cuestión de incubadoras, sino de su familia, es decir, permite “desmedicalizar” el cuidado del niño más tempranamente que lo que se logra si está mantenido en una incubadora o una cuna caliente. Lo que es evidente es que hay que dotarse de unos protocolos y de unos espacios físicos donde la madre o el padre puedan permanecer en el hospital. Se debe entrenar a la madre, lo mismo que debe haber personal especializado en educar en la lactancia materna, porque amamantar a un bebé prematuro es un arte. J.V.