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Al-Maliki: «Al-Sadr debe desmantelar su milicia para estar en los comicios»

El presidente del Gobierno títere iraquí, Nuri al-Maliki, exigió al movimiento del líder chií Moqtada al-Sadr que desmantele su milicia si quiere estar presente en «el proceso político iraquí» y en las elecciones que se convoquen en el país árabe. La formación chií respondió a al-Maliki destacando que la Constitución iraquí no autoriza al Gobierno a tomar una decisión de estas características.

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El movimiento chií de Moqtada al-Sadr no podrá participar en el «proceso político» en Irak si no desmantela inmediatamente su milicia, el Ejército de al-Mahdi, según advirtió ayer el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, en una entrevista concedida a la televisión estadounidense CNN.

«Hemos tomado una decisión. No tendrán el derecho a participar en el proceso político o tomar parte en futuras elecciones a menos que pongan fin a las actividades del Ejército de al-Mahdi», declaró al-Maliki.

Del 25 al 30 de marzo se registraron violentos combates entre los milicianos de al-Sadr y el Gobierno de al-Maliki -que contó con el apoyo de los ocupantes occidentales- en varias ciudades de Irak.

Estos enfrentamientos, que provocaron 700 muertos según la ONU, fueron especialmente cruentos en Basora, principal puerto petrolero del sur del país, y en el barrio chií de Medina al-Sadr, en Bagdad.

Los combates cesaron tras un llamamiento de al-Sadr a sus seguidores para que se retiraran de las calles. En cualquier caso, se han sucedido enfrentamientos esporádicos, como los registrados el domingo, cuando murieron al menos 20 personas en Medina al-Sadr.

El sábado, en una clara advertencia a la milicia de al-Sadr, el Consejo Político de Seguridad Nacional, que reúne al presidente, Jalal Talabani; a al-Maliki y a los líderes de los partidos representados en el Parlamento, llamó a las milicias a «entregar sus armas al Gobierno y a volver a sus actividades civiles pacíficas».

Estos responsables, que mantienen sus propias milicias, señalaron que es «condición indispensable que se desmantelen las milicias chiíes de al-Sadr para poder participar en el proceso político y en las elecciones que se celebrarán en el futuro», en referencia a los comicios provinciales que tendrán lugar en octubre.

«Participar en una elección es un derecho garantizado por la Constitución. Sólo nosotros decidiremos si participamos en los comicios», contestó el dirigente del movimiento de al-Sadr en la ciudad santa chií de Nayaf, Liwa Sumaysim.

«La Constitución no autoriza al Gobierno a tomar una medida de estas características», declaró Sumaysim a France Presse.

Continuidad de los ataques

Nuri al-Maliki, por su parte, mostró su intención de seguir atacando a la milicia de al-Sadr en todo el país, incluida Medina al-Sadr.

«No pararemos hasta que no tengamos el control de estas zonas. La operación ha comenzado y no cesará hasta que no hayamos obtenido una victoria decisiva, una victoria que prohibirá a esta gente atacar la Zona Verde u otros lugares», añadió Nuri al-Maliki.

La Zona Verde es un sector ultraprotegido del centro de Bagdad en la que tienen su sede las principales instituciones del Gobierno iraquí y la Embajada de EEUU y que ha sido objetivo de numerosos ataques con cohetes en las dos últimas semanas, provocando, al menos, la muerte de dos soldados estadounidenses y de dos empleados del Departamento de Estado de EEUU.

«Oponerse a las milicias exige muchos más esfuerzos. Nuestra preparación no está aún a su mejor nivel», destacó al-Maliki en su entrevista a la CNN.

Para eso está el Ejército estadounidense, que mató a nueve personas, tres de ellas de una misma familia, en un bombardeo de represalia contra el este de Bagdad.

Otros 22 bagdadíes, varios de ellos niños, murieron en represalias ocupantes el domingo. Desde entonces EEUU ha perdido seis soldados, la mayoría en ataques en Bagdad.

La renovación de Blacwater se hizo sin contar con Bagdad

El Departamento de Estado de EEUU renovó el contrato con la empresa de mercenarios Blackwater sin haber obtenido el visto bueno del Gobierno iraquí, según declaró ayer el primer ministro del país árabe, Nuri al-Maliki a la CNN.

«Esta decisión se ha adoptado sin el aval del Gobierno iraquí», señaló al-Maliki.

La presencia de Blackwater en Irak, donde sus mercenarios se encargan oficialmente de proteger a altos cargos de EEUU y diplomáticos occidentales, resulta especialmente polémica por la implicación de sus empleados en la muerte de civiles.

El caso más significativo es el que se registró en setiembre de 2007, cuando empleados de Blackwater que escoltaban un convoy diplomático abrieron fuego contra una céntrica rotonda de Bagdad, matando a 17 civiles.

Blackwater contestó que sus mercenarios respondieron a los tiros que les dispararon, mientras que una investigación iraquí concluyó que el convoy no recibió ni el impacto de una piedra.

«No se puso en marcha ninguna acción judicial, ni se ha presentado ninguna acusación», destacó al-Maliki. «Por consiguiente, la renovación del contrato requería el aval del Gobierno iraquí y el Gobierno desea resolver algunas cuestiones con esta sociedad», añadió. «Diría que los americanos no deben decidir renovar el contrato mientras que estas cuestiones no se hayan regulado», dijo.

Las sociedades como Blackwater tienen un estatus especial, por lo que no están bajo el control de la ley iraquí ni de los militares de EEUU. GARA

bajas de eeuu

Seis soldados de EEUU han muerto desde el domingo en Irak, según anunció ayer el mando central ocupante. La mayor parte de las bajas lo fueron por ataques en la capital, Bagdad.

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